lo esencial
Chantal Mailho es la cuarta generación de fotógrafos de su familia. Durante más de treinta años, el cine lo ha acompañado. Estará presente en la feria del libro de Villeneuve-la-Comptal este sábado 16 de noviembre.
Dedicó toda su vida al octavo arte, el de captar la realidad: la fotografía. Chantal Mailho es una virtuosa del objetivo y una de las fotógrafas más jóvenes cuando se mudó a su estudio con sólo dieciocho años, cuando acababa de empezar sus estudios en la escuela de fotografía de Nimes.
Chantal, como muchos artistas, viajó bastante antes de regresar a su Lauragais natal. Después de quince años de trabajo, principalmente en Lot y luego en Tarn-et-Garonne, este entusiasta de los tiempos de exposición y de la velocidad de obturación se instaló con armas –más bien con equipos fotográficos– y equipaje en Castelnaudary. Fue durante este período cuando el cielo cayó sobre su cabeza, una auténtica capa de plomo bajo la cual muchos no se recuperan. Le acababan de diagnosticar una de las formas más agresivas de cáncer de mama.
La lucha contra el cangrejo
Lejos de desanimarse, Chantal declaró en ese momento: “Esto que hay en mí es sólo un error, no me pertenece”. Entonces ella se negó a vivir de otra manera. Una fuerza increíble que afirmó haber sacado del amor de sus tres hijos. A pesar de las numerosas hospitalizaciones, las terribles quimioterapias y los períodos de fatiga extrema que resultaron, ella continuó presionando el botón del obturador de su cámara en cada oportunidad. Ciertamente, su estudio y su tienda estaban cerrados, pero la retratista de arte se negó a darse por vencido.
Hoy, Chantal Mailho finalmente ve el final del túnel. Los médicos pronunciaron la tan esperada palabra de remisión y, por supuesto, ella empezó de nuevo con ganas.
Un fotógrafo “comprometido de por vida”
Ella utiliza esta victoria sobre la enfermedad todos los días. Así creó la asociación “Fotógrafo para la vida”. La “arteterapia”, que utiliza la creación artística para entrar (y recuperar) el contacto con la vida, ya no tiene secretos para ella. Como parte de sus actividades asociativas, Chantal Mailho se compromete a difundir la buena fotografía en las ciudades, pero también en las zonas rurales. Imparte numerosas conferencias sobre la historia de la fotografía y da instrucciones e iniciaciones sobre el proceso cinematográfico (que data, no lo olvidemos, de la creación misma de la fotografía). Chantal es una artista, pero sobre todo una purista que muestra la diferencia entre la fotografía clásica en película y la fotografía digital.
Estas fotografías, que no sufren ningún retoque, verdaderas obras de arte, representan el mundo, o a sus habitantes, tal como son. La misma mirada a los paisajes o a los hombres que han tenido los grandes pintores a lo largo de los siglos. “De verdad, de verdad”, proclama. No se puede negar el éxito de sus exposiciones.