En los muelles de Huy, entre 30 y 150 euros por un cuadro de los pintores de Hut

En los muelles de Huy, entre 30 y 150 euros por un cuadro de los pintores de Hut
En los muelles de Huy, entre 30 y 150 euros por un cuadro de los pintores de Hut
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Por supuesto, también había puestos de libros, ya fueran cómics, libros regionales o mundiales, biografías o incluso novelas. Pero también hermosas piezas del siglo pasado, como objetos de las cristalerías de Val-Saint-Lambert, maniquíes, cajas de hierro, canicas y juguetes.

Los amantes de los discos, de los vinilos como en los viejos tiempos del tocadiscos o de las postales, han encontrado su felicidad en algunos puestos sorprendentes, en particular en el de Anne-France, en la calle Delpéenne, quizás el mejor provisto de una magnífica caja de música.

No, no lo vendo, es para embellecer mi stand, explica el Hutoise. No soy un habitual. Guardé el cuaderno de mi último mercadillo, fue en 2008”.

En el puesto contiguo, productos alimentarios del País Vasco: “Soy belga y mi marido es vasco, dice Marjorie. Venimos a Huy tres veces al año. En la feria del vino en febrero, en el mercadillo de los muelles en mayo y en el mercado de Sainte-Catherine en noviembre”.

Otro stand muy atractivo, el de los pintores hutois. Se trata de una treintena de cuadros realizados por Lecrenier, Mohr, Renwa, los hermanos Riffon y Genot. Era la época en la que estos artistas hutois iban juntos a la región los domingos a pintar.

“El precio de los que aquí presento varía entre 30 y 150€explica el vendedor, pero tengo otros en casa. “

Todo se desarrolla en un ambiente magnífico, los curiosos deambulan entre los stands, como el de la bisutería que llama la atención. Estos son los logros de Hutoise Marie-Charlotte Bartier.

“Los hago por la noche, explica la artesana. Desde hace 15 años recorro los mercados de Huy, Andenne, Wanze, Amay y Bomal y, a veces, los mercadillos y los mercadillos navideños. Es mi trabajo a tiempo parcial, el otro trabajo por vales de servicio. No es fácil, pero soy libre y amo lo que hago. Por la mañana para mí está tranquilo, porque suele ser la hora de los vendedores de segunda mano, pero mis clientes llegan por la tarde, son los paseantes de los domingos. “

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