El aplazamiento anunciado a finales de octubre no auguraba nada bueno para el Olympique Lyonnais, salvo una temporada 2023-2024 finalmente deficitaria para el club del Ródano. Y esto, mientras que el producto de sus actividades (facturación del club excluidas las operaciones en el mercado de fichajes), aumenta un 33% en un año, hasta 264,1 millones de euros a 30 de junio de 2024.
Al final, OL sufrió una pérdida neta de 25,7 millones de euros durante su ejercicio 2023-2024, lo que puede ser positivo por el hecho de que disminuyó significativamente con respecto a la temporada anterior (99 millones de euros netos). Este déficit se explica, en primer lugar, por el comercio de jugadores: el Olympique Lyonnais presenta un desequilibrio de 88,1 millones de euros entre las contrataciones y las transferencias de jugadores.
OL sigue en pérdidas y las perspectivas no son tranquilizadoras
Sin embargo, esto no provoca un aumento de la plantilla, que “sólo” aumenta un 3% en un año, hasta 161,9 millones de euros. Sin embargo, representa casi la mitad de la facturación (45%).
Como conclusión y perspectiva de su informe, OL confirma la información según la cual iba a buscar el apoyo de su empresa matriz Eagle Football Holding y está considerando un plan social para reducir su plantilla. El club también formula varias hipótesis de futuro: además de la aportación de Eagle Football Holding (entre la venta de las acciones de Crystal Palace y la introducción del título en la Bolsa de Nueva York), prevé en particular una venta necesaria en el mercado de invierno de 2025. Por último, subraya el riesgo de no realizar todas las operaciones, señalando que “cualquier retraso significativo o cualquier no consecución de estos flujos de caja podría poner en duda el principio de continuidad de las operaciones de la empresa y de sus filiales”. Nada que sea muy tranquilizador…
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