Cross (Temporada 1, 8 episodios): la caza del asesino del fanboy

Cross (Temporada 1, 8 episodios): la caza del asesino del fanboy
Cross (Temporada 1, 8 episodios): la caza del asesino del fanboy
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Cuando te sumerges en una serie como Cruzadaptada de las famosas novelas de James Patterson, las expectativas son comprensiblemente altas. Con ocho episodios ricos en suspenso y emoción, la temporada 1 logra capturar la esencia de Alex Cross, un detective sobresaliente que es a la vez intelectualmente brillante y físicamente impresionante. Aunque no todo es perfecto, esta serie de detectives merece un análisis en profundidad, porque tiene mucho que ofrecer a los fanáticos del género. El comienzo de Cruz puede resultar confuso. Los tres primeros episodios se centran en la configuración de los personajes, ejercicio que, aunque imprescindible, adolece aquí de una lentitud excesiva. Las tramas secundarias, al igual que la dinámica familiar y los crímenes iniciales, carecen de profundidad y luchan por cautivar.

Alex Cross es un hombre de familia cariñoso pero desesperado desde el asesinato de su esposa. Se obsesiona con encontrar a los asesinos.

Sin embargo, esta laboriosa puesta en escena prepara el terreno para un ascenso gradual del poder, y es a partir del tercer episodio cuando la historia realmente despega. Esta elección narrativa puede resultar frustrante a primera vista, pero refleja una estrategia audaz. Se necesita tiempo para comprender la complejidad de Alex Cross, un personaje multidimensional que combina una notable percepción psicológica con una determinación inquebrantable. Por tanto, estos primeros episodios desempeñan un papel crucial a la hora de establecer la tensión dramática que caracterizará el resto de la temporada. Una vez terminada la introducción, la serie pasa a una emocionante investigación. Sigue a Cross en su búsqueda de un asesino en serie enigmático y temiblemente inteligente.

A diferencia de otras series de detectives, donde la identidad del culpable se mantiene en secreto hasta el desenlace, Cruz toma la audaz decisión de revelar desde el principio quién es el criminal y cuál es su motivo. Esto puede parecer arriesgado, pero este enfoque funciona admirablemente. El interés se desplaza hacia la dinámica entre el detective, el asesino y las víctimas. Las interacciones entre estas tres perspectivas proporcionan una riqueza narrativa que mantiene al espectador en suspenso. Cada episodio es una mina de pistas y giros. Los escritores se preocupan de agregar capas de complejidad a la historia, evitando así cualquier monotonía. Las sorpresas abundan y la trama se vuelve cada vez más inmersiva a medida que la soga se aprieta alrededor del asesino.

Esta elección de mostrar la evolución paralela de los protagonistas y antagonistas contribuye a crear una tensión omnipresente. La verdadera ventaja de Cruz radica en sus personajes. Alex Cross, brillantemente interpretado por Aldis Hodge, es un detective fascinante, vulnerable y poderoso a la vez. Hodge aporta una dimensión emocional al personaje que trasciende la pantalla. No se trata sólo de un brillante oficial de policía, sino de un hombre que se enfrenta a sus propios demonios y busca conciliar su vida personal y profesional. El criminal principal, interpretado por Ryan Eggold, es igualmente cautivador. Su interpretación sutil e intensa lo convierte en una figura aterradora y trágica a la vez. Eggold a veces se roba el espectáculo con una actuación que humaniza al asesino, haciendo que su comportamiento sea tan desconcertante como fascinante.

Sin embargo, algunos personajes secundarios, como John Sampson o Nana Mama, carecen de la profundidad que uno hubiera esperado. Su presencia enriquece la historia, pero no siempre logran igualar la complejidad de los personajes principales. Este defecto se compensa con unas sólidas actuaciones de los actores, pero todavía hay margen de mejora. Visualmente, Cruz golpea fuerte. La puesta en escena es oscura y elegante, en perfecta armonía con la atmósfera opresiva de la historia. Los escenarios no se limitan a los clichés de las grandes metrópolis estadounidenses, prefiriendo explorar barrios obreros y círculos intelectuales afroamericanos. Esta autenticidad agrega profundidad cultural a la serie, distinguiéndola de producciones más genéricas. La música también ayuda a reforzar este ambiente.

Cada nota parece calculada para amplificar el suspenso, sumergiendo al espectador en un universo que es a la vez cautivador e inquietante. Sin embargo, la oscuridad visual de algunas escenas puede desanimar a quienes prefieren una estética más brillante. En el fondo, Cruz aborda importantes temas sociales. La serie no se contenta con ser un simple thriller; también examina la dinámica de poder, los prejuicios raciales y las tensiones socioeconómicas. Estos elementos, aunque evocados de forma sutil, enriquecen la trama y dan que pensar. El propio Alex Cross encarna esta dualidad. Como hombre negro que opera en esferas predominantemente blancas, a menudo enfrenta desafíos adicionales. La serie explora estos aspectos sin caer en el didactismo, lo que la convierte en una obra aún más relevante en el panorama audiovisual actual.

Uno de los aspectos más destacables de Cruz es su capacidad para mantener el suspenso hasta el último episodio. Si bien se podría pensar que la temprana revelación del criminal limitaría el elemento sorpresa, la serie logra revertir esta percepción. Los episodios finales ofrecen intensas confrontaciones y resoluciones que, aunque a veces se esperan, siguen siendo poderosas. El episodio final, en particular, destaca por su carga emotiva. Cierra la temporada con una nota de satisfacción y deja las puertas abiertas para futuras historias. Esta conclusión, bien ritmada y emotiva, demuestra la maestría de los guionistas. Para los fanáticos de las novelas de James Patterson, Cruz Es una adaptación fiel que respeta la esencia de la obra original. Los guionistas pudieron conservar los elementos clave de las novelas y adaptarlas al formato televisivo.

Sin embargo, ciertas diferencias, particularmente en la representación de ciertos personajes secundarios, podrían decepcionar a los puristas. A pesar de estas ligeras diferencias, la serie sigue siendo un exitoso homenaje al universo de Alex Cross. Los ocho episodios ofrecen una experiencia inmersiva que deleitará tanto a los fans de toda la vida como a los recién llegados. Cruz no está exenta de defectos, pero sus cualidades la superan con creces. Con una rica trama, personajes cautivadores y una cuidada puesta en escena, la serie es una visita obligada para los amantes del thriller policial. Aunque la introducción pueda parecer laboriosa, aquellos que perseveren serán recompensados ​​con una trama compleja y apasionante. Al final, Cruz es mucho más que una simple adaptación.

Es una serie que explora los matices de la humanidad, destacando las fortalezas y debilidades de sus personajes en un mundo donde el bien y el mal nunca están claramente definidos. Una obra para descubrir y saborear, esperando que las siguientes temporadas sigan con este prometedor impulso.

Nota: 6.5/10. En definitiva, una adaptación fiel pero perfectible.

Disponible en Amazon Prime Video

Amazon Prime Video ya renovó Cross para una temporada 2 incluso antes de que se emitiera la temporada 1.

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