“Las desapariciones forzadas, la tortura, el uso de armas químicas, entre otros crímenes atroces, deben ser investigados a fondo”, añadió. “Y luego se debe hacer justicia, de manera justa e imparcial”.
La suerte de decenas de miles de prisioneros y desaparecidos constituye uno de los aspectos más dolorosos de la tragedia siria, en un país desgarrado por más de 13 años de una guerra civil que ha dejado más de medio millón de muertos.
Türk dijo además que había discutido con el nuevo líder del país, Ahmad al-Shareh, las “oportunidades y desafíos que le esperan a esta nueva Siria”.
“Reconoció y me aseguró la importancia del respeto de los derechos humanos de todos los sirios y de todos los diferentes componentes de la sociedad siria”, añadió Türk.
Desde la toma de Damasco por una coalición liderada por islamistas en diciembre, las nuevas autoridades han tratado de asegurarles su deseo de respetar los derechos de las minorías.
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