Debido a las enormes cantidades de humo y polvo fino presentes en el aire, Los Ángeles declaró el viernes una emergencia sanitaria. En este momento, el número de muertos por los devastadores incendios asciende a 25, incluido un hombre de 84 años que murió en el hospital tras un ataque cardíaco. Sufrió quemaduras e inhalación de humo.
Ya sea a corto, medio o largo plazo, el impacto de estos incendios por inhalación de humo sigue siendo una cuestión importante. Física, investigadora del CNRS en Francia en el Laboratorio de Observación y Atmósferas Espaciales y profesora de ciencias ambientales y climáticas y atmosféricas en la ULB, Cathy Clerbaux sigue, con su equipo, el humo de los incendios, los volcanes y las fugas de gas utilizando datos satelitales.
¿Qué podemos decir, en esta etapa, sobre la contaminación del aire en la región afectada?
Evidentemente, el aire está muy cargado de contaminantes y partículas de hollín, cuya composición tendrá un mayor o menor impacto. A esto se suman gases que también son perjudiciales para el organismo. El hecho de que no sean sólo árboles o vegetación los que arden, sino todo tipo de materiales, hace que la composición del humo sea aún más compleja. Por ejemplo, cuando se quema plástico o aparatos electrónicos, nos encontramos ante compuestos orgánicos volátiles que son mucho más complicados de gestionar para el organismo.
¿Qué tipos de partículas tienen mayor impacto en la salud?
Sabemos que cuanto más finas son las partículas, más profundamente pueden entrar en los pulmones. Pero con incendios como los que estamos presenciando actualmente en California se emiten partículas de todos los tamaños, así como todo tipo de gases. En cuanto al impacto sobre la salud en función de la composición de las partículas, este ámbito aún es relativamente poco conocido. Sin embargo, las partículas emitidas por la combustión de plásticos y materiales electrónicos siguen siendo especialmente mal toleradas. Es difícil definir en este cóctel con precisión qué gases y partículas tienen el mayor impacto en la salud humana, ya que, por supuesto, no podemos realizar una prueba y exponer a un ser humano a estas diferentes emanaciones.
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¿Qué has notado en las imágenes de satélite sobre el movimiento del humo?
Hasta ahora, si la contaminación es muy alta a nivel local, hemos visto que los humos se disipan con relativa rapidez. Pero todo dependerá en los próximos días y semanas de las zonas quemadas y de la dirección de los vientos. Por el momento, tienden a empujar los humos hacia el océano, lo que limita la contaminación hacia otras regiones. Dicho esto, a largo plazo, la contaminación puede muy bien transportarse a miles de kilómetros. Tras los incendios que tuvieron lugar en Canadá en 2023, hemos observado, por ejemplo, contaminación en Nueva York o Washington, e incluso en lugares tan lejanos como Europa.
¿Qué consejo debemos dar a los vecinos de las zonas afectadas?
Evidentemente se debe evitar volver a estas zonas mientras haya humo y el aire quede cargado de partículas, es decir si no es transparente. Actualmente están apareciendo estudios que demuestran que las casas que han resistido este tipo de incendios están infestadas de partículas nocivas para la salud. Por lo tanto, está claro que no se recomienda acudir sin mascarilla. Y más aún en lo que respecta a las personas más vulnerables, como los niños, las personas mayores o quienes padecen afecciones respiratorias. Para los asmáticos o los pacientes que tienen problemas cardiovasculares, respirar estas partículas corre el riesgo de desencadenar o exacerbar la patología. A más largo plazo, una exposición más o menos prolongada e intensa a las partículas también puede aumentar el riesgo de desarrollar cánceres o enfermedades cardiovasculares en la población general. Pero será muy difícil cuantificar a largo plazo el número de muertes relacionadas con estos incendios.
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¿Cómo podemos entonces describir la contaminación actual en California?
Se puede decir que el aire está sumamente contaminado. Como si estuviéramos en una habitación cerrada, expuestos a los gases de un escape. Dicho esto, visto desde el satélite, para nosotros que seguimos de cerca el humo, se trata de un incendio muy pequeño en las zonas quemadas, aunque se trata de un incendio grande y muy dañino en cuanto al número de edificios quemados. Pero siguen siendo muy limitados en comparación con los incendios que asolaron Canadá, Siberia o África actualmente. Estos incendios a veces están más o menos controlados y no son necesariamente perjudiciales, salvo para la calidad del aire, hasta el punto de que en determinados países contribuyen a la limpieza de los cultivos y/o a la renovación de la vegetación.
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