Si bien el gobierno no pudo aprobar su presupuesto para 2025, un decreto del 24 de diciembre anunció un aumento del IVA sobre las calderas de gas. Este incremento del 5,5% al 10% entrará en vigor a principios del próximo año, afectando al coste de instalación de muchos hogares. Una mirada retrospectiva a las cuestiones que rodearon esta decisión.
Según un decreto publicado en el Diario Oficial el 24 de diciembre, el IVA aplicable a la instalación de calderas de gas de alto rendimiento energético (THPE) aumentará del 5,5% al 10% a partir del 1 de enero de 2025. Esta medida, firmada antes de la caída de El gobierno de Barnier, se puso en marcha para compensar la ausencia de un presupuesto para 2025. Como recuerda el Ministerio de Transición Ecológica, un decreto sólo puede modificar un tipo reducido sin superar el. umbral del 10%, a diferencia del proyecto inicial que preveía pasar al 20%.
¿Qué equipos se ven afectados por la subida del IVA de las calderas de gas?
El aumento del IVA se aplica a la compra e instalación de calderas THPE, que anteriormente se beneficiaban del tipo reducido del 5,5%. Por otro lado, determinados equipos como las bombas de calor seguirán beneficiándose de esta tarifa reducida. Asimismo, para las calderas ya encargadas con cotizaciones firmadas y depósitos pagados antes del 1 de enero de 2025, seguirá siendo aplicable la tasa del 5,5%.
Este aumento fue denunciado por Synasav (Sindicato de Empresas de Mantenimiento de Ingeniería Climática), que lo considera una medida brutal, que desestabiliza un sector que ya se encuentra bajo presión. Los profesionales también advierten del impacto en el poder adquisitivo de los hogares, mientras que los costes de la energía aumentan. El sindicato teme una desaceleración de las inversiones en equipos más eficientes energéticamente.
¿El aumento del IVA a las calderas de gas impacta a los hogares de bajos ingresos?
Esta medida corre el riesgo de afectar especialmente a los hogares con ingresos modestos, que a menudo dependen de calderas de gas para calentarse. Si bien el Estado busca incentivar la transición energética, este aumento podría disuadir a ciertos hogares de invertir en equipos más eficientes, en favor de opciones menos costosas pero potencialmente más contaminantes.
La implementación de este aumento en un contexto sin presupuesto plantea dudas sobre la coherencia de las políticas fiscales y ambientales. Aunque limitada por restricciones reglamentarias, esta decisión refleja un ajuste urgente para compensar las deficiencias presupuestarias, en detrimento de los consumidores.
La subida del IVA sobre las calderas de gas marca un punto de inflexión en la fiscalidad aplicada a los equipos energéticos. Si su objetivo es reequilibrar las finanzas públicas, también plantea desafíos sociales y ambientales que deberán abordarse en los próximos meses.
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