El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó recientemente su opinión sobre la política de género durante un evento dirigido a jóvenes conservadores en Arizona. La conferencia, celebrada el domingo, incluyó fuertes declaraciones que describieron las prioridades de su administración entrante, prometiendo adoptar una política que reconozca oficialmente sólo dos géneros (masculino y femenino) y eliminar lo que describió como “locura transgénero”.
Todo’AmericaFest di Turning Point, En un evento dedicado a los jóvenes conservadores, Donald Trump declaró:
«Firmaré órdenes ejecutivas para poner fin a la mutilación sexual infantil, para sacar a las personas transgénero del ejército y de nuestras escuelas primarias, intermedias y secundarias. […] Bajo la administración Trump, la política oficial del gobierno de Estados Unidos será que sólo haya dos géneros, masculino y femenino”.
Estas palabras provocaron inmediatamente reacciones encontradas: por un lado, los partidarios del Presidente electo acogieron con entusiasmo su promesa, considerándola una reafirmación de los valores tradicionalesdefensores de los derechos LGBTQ+ y numerosos representantes de la sociedad civil denunciaron las declaraciones como discriminatorio y retrógradolo que subraya el riesgo de marginar aún más a una comunidad ya vulnerable.
Además, el presidente Trump ha Criticó duramente las recientes políticas progresistas.acusándolos de socavar la integridad de la sociedad y “confundir” a las nuevas generaciones.
Concluyó su discurso prometiendo un retorno a la época dorada, “una era de paz, prosperidad y grandeza para la nación”, tocando también otras cuestiones que van desde la gestión de los flujos migratorios hasta la guerra en Ucrania.
La comunidad LGBTQ+ en la mira
En los últimos años, la cuestión de la identidad de género se ha convertido en un tema central en Estados Unidos, con Legislación local y nacional que a menudo entran en conflicto entre sí.. Los estados progresistas han implementado leyes para proteger a las personas transgénero, permitiendo el reconocimiento legal de los géneros no binarios, mientras que otros estados más conservadores han introducido regulaciones restrictivas, un ejemplo de lo cual es la reciente prohibición de la participación de atletas transgénero en competiciones deportivas femeninas.
A nivel federal, no existe una ley específica que proteja a las personas transgénero de la discriminación en todos los ámbitos, aunque una decisión de la Corte Suprema prohíbe la discriminación por identidad de género u orientación sexual.
Pese a ello, en algunos estados las normas dedicadas a las personas transgénero son muy limitantes e incluso discriminatorias: pasamos de prohibición de prescribir terapias hormonales o intervenciones quirúrgicas afirmación de género al de utilizar baños distintos a los correspondientes al sexo asignado al nacer a la existencia de terapias de conversión para menores u otras leyes que limitan severamente la protección de las personas transgénero en el ámbito escolar y educativo.
Además, una tendencia peligrosa podría poner en peligro incluso esas pocas protecciones a nivel federal, como lo demuestra la reciente prohibición de Cobertura para atención de afirmación de género para hijos transgénero de miembros del ejército.
Las implicaciones de una política tan radical
De implementarse, la política propuesta por el nuevo Presidente podría tener profundas consecuencias: la definición legal de género afectaría áreas como el acceso a los servicios de salud, la educación, el empleo y los derechos civiles.
Las personas transgénero pueden encontrarse en una situación de mayor discriminacióncon restricciones en el reconocimiento de su identidad y dificultades para acceder a documentos oficiales.
Organizaciones de derechos humanos ya han anunciado que combatirán esta propuesta con todos los medios legales disponibles ya que constituye un grave violación de los derechos fundamentales.
Varios académicos también han criticado la posición de Trump, argumentando que la ciencia contemporánea reconoce la existencia de una amplia gama de identidades de género que van más allá del simple binario hombre-mujer.
Estas declaraciones no sólo polarizan el debate público sino que también resaltan una profunda división cultural dentro de la sociedad estadounidense, dividido entre una parte del país que exige mayor inclusión y derechos para todas las minorías y un segmento significativo de la población que continúa apoyando una visión tradicionalista de los roles de género.
La propuesta de reconocer oficialmente sólo dos géneros representa un desafío importante para la comunidad LGBTQ+. Será interesante observar cómo estas políticas se traducirán en acciones concretas y qué reacciones provocarán, tanto a nivel nacional como internacional.
Lo que es seguro es que la nueva presidencia promete ser una de las más controvertidas en el frente de las políticas de género, marcando un paso más degradación de los derechos civiles en el país.
Sara Coico
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