Los toscanos empezaron muy bien, quitando puntos a los locales y también marcando el primer gol con Colombo a los pocos minutos. En el minuto 34 De Ketelaere respondió, mientras Lookman anotó antes del descanso. En la segunda parte Espósito empató de penalti, pero en la final volvió a ser el belga quien marcó para sellar la victoria.
En busca de su undécimo triunfo consecutivo, un Atalanta decidido intentó empezar con rapidez y agresividad en casa ante un Empoli que, sin embargo, no saltó al campo para hacer de extra. Y, de hecho, después de diez minutos en los que la única iniciativa local fue firmada por un puntazo de Ederson tras una incursión, los toscanos congelaron el Gewiss Stadium. El gol de Colombo, cuyo zurdazo traspasó a Carnesecchi tras un centro desde la derecha de Henderson, fue fruto de una amnesia oróbica en un saque de banda.
La reacción de los locales tuvo como principal foco la zambullida de Kolasinac, que en el minuto 25 puso muy fuerte a Vásquez en una bonita intervención en una rápida caída al suelo. Tras la lesión de Retegui, producida en el minuto 20, la Dea también tuvo que recurrir a Zaniolo, que entró para hacer de falso centro y fue amonestado prácticamente al minuto. El que redimió al Atalanta fue De Ketelaere, que en el 34 encontró el giro adecuado para encontrar el gol con un cabezazo tras un centro de Zappacosta.
Una vez alcanzado el empate, el equipo local aceleró el ritmo. Y a balón parado, Djimsiti se elevó por encima de todos pero su cabezazo acabó en el palo. Sin embargo, el ímpetu del Atalanta no acabó y antes del descanso, Lookman se insertó muy bien en un pase de Zaniolo y golpeó a Vásquez, completando la remontada. El mismo entusiasmo lo utilizaron los jugadores de Bérgamo al inicio de la segunda parte, cuando Zaniolo fue bien impulsado por Ederson pero no convirtió de forma concreta. El metrónomo brasileño reiteró su gran estado de forma con un disparo desde fuera que se marchó desviado y pudo sentenciar el partido.
El que comete una ingenuidad, sin embargo, es Djimsiti, cuyo toque sobre Grassi en el área es sancionado con penalti por la revisión del VAR y el primer penalti otorgado a la Diosa lo convirtió Esposito, que chutó centralmente sin miedo. El equipo de Gasperini, sin embargo, no se sintió en apuros y volvió a buscar el sprint adecuado con CDK y Lookman, siempre muy activos.
Con la entrada de Samardzic, la Dea apuntaba a un cambio de ritmo y de estilo ofensivo, mientras Maleh, que entró por Grassi, se dedicó a filtrar con mucha dedicación. Pero quien lo solucionó fue el más apto de todos, De Ketelaere que, pocos minutos antes del 90, tomó protagonismo y metió a Vásquez en la esquina cerrada con su zurda. Una jugada leída pero no anulada por los defensores del Empoli. Una jugada que vale tres puntos y un nuevo récord para la Diosa, que encuentra la undécima victoria consecutiva y vuelve a lo más alto de la clasificación.
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