El Lecce de Giampaolo vivió una montaña rusa de amarillo y rojo, tras dos victorias y un empate en sus primeros cinco partidos. Con la nueva guía técnica ciertamente no faltará diversión, considerando que cada juego tenía su propia trama, la mayoría de las veces convincente. En Venecia el éxito fue inmerecido, luego el justo empate con la Juventus que llegó en pleno tiempo de descuento, el KO en el Olímpico contra la Roma, los tres puntos en casa contra el Monza y finalmente la derrota que se produjo ayer frente a la Lazio.
Una derrota difícil de digerir.
A pesar de las numerosas ausencias, los locales jugaron un partido de primer nivel y merecieron al menos un empate. El lanzamiento de penalti de Castellanos y la gran conclusión de Marusic fueron decisivos, anulando el disparo de Morente desde fuera de la esquina. El partido se puso cuesta arriba a partir del minuto cuarenta y cinco, cuando Guilbert salvó literalmente el balón en la línea de gol, siendo expulsado. En la final, el golpe definitivo con un cabezazo de Kaba se estrelló en el palo.
Muchas señales positivas para Giampaolo.
Aunque la lista de indisponibles sigue aumentando y hay una emergencia absoluta en defensa, Giampaolo recibe buenas noticias de quienes salen al campo y responden con rapidez. Berisha está en su segunda actuación más que positiva, al igual que Morente. El español, objeto misterioso con Gotti, ha marcado su segundo gol consecutivo y va cogiendo confianza.
Related News :