Desde el inicio de la invasión de Ucrania, Occidente ha impuesto sanciones para aumentar el coste de la guerra para Rusia. Para eludir estas medidas, Moscú utiliza una flota fantasma para exportar petróleo. Se trata de barcos con bandera extranjera que en realidad trabajan para los rusos.
Los acuerdos petroleros le costarán más a Rusia
El Reino Unido refuerza su política de sanciones apuntando directamente La “flota fantasma” rusaun conjunto de camiones cisterna que operan de manera opaca para eludir Sanciones occidentales impuestass sobre el petróleo ruso. En una declaración oficial al margen de la Cumbre de la Fuerza Expedicionaria Británica, el Primer Ministro Keir Starmer anuncia que 20 barcos adicionales se unen a la lista negra de sanciones, elevando el total a más de 100 unidades. Estos barcos, a menudo viejos y matriculados bajo dudosas banderas extranjeras, permiten a Rusia mantener sus exportaciones de petróleo a pesar de las restricciones internacionales, proporcionando así una contribución financiera crucial para continuar su guerra en Ucrania.
La flota fantasma está formada por petroleros que operan fuera de los estándares marítimos internacionales. Estos buques, a menudo sin un seguro adecuado, transitan bajo banderas de conveniencia, lo que complica su trazabilidad y regulación. Esta estratagema permite a Moscú generar dinero para su esfuerzo bélico, aunque las restricciones occidentales apuntan precisamente a reducir sus entradas de efectivo.
Para frenar este fenómeno se está intensificando la coordinación entre el Reino Unido y varios países ribereños del Mar Báltico, como Dinamarca, Suecia y Polonia. A partir de ahora, estas naciones exigirán sistemáticamente una prueba de seguro a los buques sospechosos de pertenecer a esta flota. En Estonia, por ejemplo, se han realizado más de 200 inspecciones.
Una gran amenaza ambiental
Además del aspecto financiero y estratégico, la flota fantasma plantea un problema riesgo ambiental significativo. El Mar Báltico, ya debilitado, podría sufrir consecuencias catastróficas en caso de fuga o derrame de petróleo. Ante esta amenaza, doce países ribereños del Mar Báltico y del Mar del Norte anuncian su intención de aumentar los controles.
Paralelamente a estas sanciones, Londres revela Ayuda de 35 millones de libras (42 millones de euros) destinada a apoyar a Ucraniacuya infraestructura energética está gravemente dañada por los ataques rusos. Este apoyo se dividirá entre 20 millones de libras para reparaciones críticas de la red eléctrica de Ucrania y 15 millones para ayuda humanitaria, incluidos generadores y kits térmicos para civiles.
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