Las empresas sancionadas son, según un comunicado de la Autoridad de Competencia, BSH, Candy Hoover, Eberhardt, Electrolux, Whirlpool (como sucesora de Indesit), LG, Miele, SEB, Smeg, Whirlpool, Boulanger y Darty. El objetivo de estos acuerdos: “reducir la competencia, en particular la ejercida por los distribuidores en línea, y mantener altos precios de venta para los consumidores”, especifica la Autoridad.
El “peso” de Darty y Boulanger
Los medios implementados abarcaron desde la prohibición de la venta de ciertos productos en Internet hasta la comunicación de “precios minoristas recomendados” por parte de los fabricantes con “lenguaje codificado para ocultar las instrucciones de precios”, seguido de una “vigilancia” para garantizar que los distribuidores los respeten. Los distribuidores que operan exclusivamente en Internet afirmaron haber sido discriminados si no tenían tiendas físicas.
“Los distribuidores tradicionales, incluidos los dos principales, Darty y Boulanger, participaron plenamente en estos acuerdos”, subraya la Autoridad de Competencia, subrayando el “peso” de los dos gigantes que querían garantizar que “los productos que vendían no encontraran son significativamente más baratos en otros lugares, especialmente en línea”.
Fnac Darty indicó en un comunicado de prensa aparte que el importe de su multa ascendía a 109 millones de euros. El grupo había provisionado 84 millones de euros en previsión de esta sanción a partir del primer semestre de 2023 y anunció el jueves que “registrará un cargo adicional de 24 millones de euros en el ejercicio 2024, sin impacto en los ingresos de explotación”.
Primera sanción en 2018
Como otras nueve personas, Fnac Darty decidió no impugnar la denuncia notificada por la Autoridad de Competencia para “poner fin rápidamente a un procedimiento complejo” y concentrarse en su “plan estratégico”. El fabricante SEB y el distribuidor Boulanger optaron por impugnar las denuncias y fueron multados con 189,5 y 84,35 millones de euros respectivamente.
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