Hace veinte años, Luc Cousaert y su familia fueron arrastrados por la ola mortal que azotó Asia. Proyectada a cientos de metros de distancia, narra ahora el horror del tsunami que trastocó sus vidas y marcó al mundo entero.
El 26 de diciembre de 2004, el mundo se vio afectado por uno de los peores desastres naturales de la historia. Un terremoto de magnitud 9,5 frente a la costa de Sumatra en Indonesia provoca un devastador tsunami. El maremoto barre las costas del Océano Índico arrasando con todo lo que encuentra a su paso. En pocas horas, más de 230.000 vidas fueron destruidas. Entre ellos, los veraneantes europeos que vinieron a disfrutar de las celebraciones de fin de año bajo el sol. Varios belgas quedaron atrapados en la agitación y, para algunos, la tragedia dejó marcas imborrables.
Entre ellos se encontraban Luc Cousaert y su esposa Martine. Habiendo partido para celebrar su 25 aniversario de bodas en Tailandia con su hijo Olivier, no podían imaginar el horror que iban a vivir. En un conmovedor testimonio, cuentan cómo cambiaron sus vidas.
Vi el túnel de la muerte
“El mar estaba nervioso, en un momento vimos un barco que se soltó”explica Luc. Martine recuerda las primeras imágenes inquietantes: “Vimos las sillas de jardín cruzando la calle y saltando las vallas. Nos dijimos que algo estaba pasando y teníamos que irnos”.. Su hijo Olivier, entonces de 18 años, logró salvarse cruzando una ventana abierta por la presión del agua. Martine, por su parte, se encuentra atrapada en una habitación donde el agua le llega a la nariz. “Estaba tranquila, vi un pedazo de cielo azul, me dije: quiero pasar por eso”. Dos tailandeses la salvan en el último momento.
Para Luc, la terrible experiencia es diferente. “Me arrojaron a 250 metros de mi hotel. Recuerdo las cosas que estaba pensando y diciéndome que todo había terminado. Vi el túnel de la muerte. Gritaba, gritaba”. Salvado por dos jóvenes daneses, está herido, conmocionado, pero vivo.
Un paisaje de terror e imágenes impactantes
Tras reunirse, la familia descubre un ambiente caótico. “A nuestro alrededor había gente muerta. Son imágenes muy pesadas”.confía Luc. Los hospitales improvisados en los vestíbulos de los hoteles, los cadáveres amontonados, la gangrena que amenaza… Las lesiones físicas de Luc, en las piernas, son graves. A continuación se organiza la repatriación de los heridos a Bélgica. “El cirujano que operó a Luc no tenía los productos adecuados. Fue un completo horror”.recuerda su esposa.
De regreso a Bélgica, Luc debe aprender a caminar de nuevo. Los cuidados duran varios meses, pero lo que prima es la voluntad de superarlos. “Por supuesto que los hechos eran graves, pero si empiezo a exagerarlos no avanzas”. Hoy, Luc y Martine guardan recuerdos traumáticos, pero se niegan a dejar que eso los desanime. “Nunca lo olvidamos. Pero no es cultivando el drama como saldremos de él. A veces tienes pequeños problemas en tu vida. El tsunami te da la fuerza para ver lo esencial, lo incidental y no vibrar por un detalle que al final no tiene importancia”concluye Luc.
Vea el excepcional documental “El tsunami belga”, este viernes 19 de diciembre a las 19:50 horas en RTL tvi y en streaming en RTL play.
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