Faltando tres partidos para el final de la temporada 1978-79, un equipo condenado al descenso se enfrentaba a un equipo al borde del ascenso a La Liga, el domingo 3 de junio de 1979. El partido se desarrolló en el estadio ‘Manuel Rivera’, antes conocido como el nombre de ‘El Infernillo’, y los aficionados del Almería que habían viajado por toda España para asistir al partido estaban convencidos de que su equipo saldría victorioso, todo fue “bajo control”, dijeron. Efectivamente ganó el Almería, con goles de Jeromo y Garay, pero el Racing de Ferrol jugó con alma y corazón en cada desafío, para sorpresa de su afición rojiblanca que no entendía la falta de intensidad de su equipo ante un rival que languidecía en la parte baja de la clasificación. En el siguiente partido, el Almería aplastó al Castellón en el Estadio Franco Navarro y se aseguró el pase a Primera, pero esa es otra historia que la afición rojiblanca se sabe de memoria. Cabe señalar que no hubo arreglo de partidos y ningún jugador de ninguno de los equipos habló de tales arreglos. Con el tiempo y el correr de la historia iremos contando lo que se dijo de este partido.
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Los rivales directos del Almería insistieron en que había habido “colusión” en este partido, y el equipo de Maguregui pareció ganar sin esfuerzo. Sin embargo, las conversaciones con testigos clave revelaron una realidad diferente, el Racing de Ferrol, aún sin marcar, se estrelló dos veces en el poste ante una portería defendida por César. Óscar López y Piñero se enfrentaban a un enorme Corral que había regresado a Galicia tras su paso por el Barça, y los goles de Jeromo y Garay no hicieron más que reforzar los vaticinios de quienes escuchaban el partido por la radio.
El Almería llegó a Galicia y pasó la noche previa al partido dispuesto a conseguir los dos puntos que le permitieran mantener en sus manos su destino en Primera División. El hotel recibió la visita de la afición rojiblanca y del legendario Tomás Mantecón (que en paz descanse), quien nunca se perdió un partido de su querido equipo. No había ningún hombre con maletín ni nada por el estilo. Corría el rumor de que el Racing de Ferrol se había contado con el Real Betis, pero no eran más que charlas de bar. En las horas previas al partido, sólo la lluvia perturbó en ocasiones la tranquilidad del gran favorito. No hubo contacto con los jugadores del Almería, y nadie salió del hotel en horarios extraños. Persona. José María García había tendido sus redes por Galicia por si acaso.
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Alfonso García Sánchez, presidente, le dijo a Maguregui: “Vamos a Primera a toda costa”, y el técnico vasco dejó claro lo que eso costaría en premios. Los profesionales almerienses se jugaban una fortuna en los tres últimos partidos: Ferrol, Castellón y Cádiz. Dos fuera y uno en casa. El presidente afirmó que cuando llegó al campo se sintió incómodo: “No me gustó nada porque noté mucha tensión en las caras de los jugadores de Ferrol y demasiada confianza entre los míos”. Se les había informado de que estaba todo controlado para conseguir estos dos puntos, pero “los gallegos nos hicieron perder el aire en los primeros treinta minutos. Yo estaba en el vestuario hablando con mis directivos, que no podían entender la actitud complaciente del Almería. ” Alfonso García no respiró tranquilo hasta que marcó Jeromo, porque no se fiaba de nadie.
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“Nos dijeron que todo estaba arreglado entre los jugadores”, dijo años después un locutor de radio, y el capitán Juan Rojas aseguró, cuando se le preguntó, “nadie habló con Ferrol y cada equipo estaba concentrado en su propio juego”. Posteriormente, Corral, que era capitán del Ferrol, firmó con el Almería y confirmó todo ello en estos murmullos secretos: “No ganamos al Almería porque desaprovechamos las mejores ocasiones”, y aclaró que no había habido ningún pacto, ni dinero. No hay absurdos en juego, como él bien lo sabía, como todo buen gallego. Otros jugadores que vistieron la rojiblanca y jugaron este partido comentaron que “fue como una lucha por la supervivencia”. Este contundente 0-2 fue objeto de especulaciones humorísticas de que se trataba de un partido “arreglado”. Quienes jugaron con él saben bien que el Racing de Ferrol se comportaba como un club de caballeros, y su descenso no les impidió bajar la guardia ante un Almería enfurecido.
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Algunos han pedido a los jugadores de Racing que no lo tomen demasiado en serio, pero no puedo revelar el nombre del jugador.
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