lEl reclamo no tardó. Apenas la explosión de una scooter explosiva acabó con la vida de Igor Kirillov y su adjunto, el martes por la mañana, frente al edificio en el corazón de Moscú donde residía el primero, cuando los servicios de seguridad ucranianos (SBU) reivindicaron el ataque. La víspera habían acusado al general ruso de 54 años, que desde 2017 comanda las tropas de defensa radiológica, química y biológica del Ministerio de Defensa ruso, de “crímenes de guerra” contra las tropas ucranianas.
Este ataque es el más espectacular de los atribuidos a los ucranianos, o que estos reivindican en Rusia o en los territorios ucranianos ocupados, desde febrero de 2022. Porque el que fue liquidado es un general de primer rango, implicado en archivos nucleares, ferviente defensor de la “operación especial” de Putin, y que acusó periódicamente a Kiev de preparar “bombas sucias”. “Un patriota”, “un general intrépido que luchó por la patria y la verdad”: las numerosas reacciones oficiales rusas confirman la importancia del objetivo.
Apuntado por el Reino Unido
En octubre pasado, el Reino Unido impuso sanciones contra los responsables del despliegue de armas químicas por parte de Rusia en el campo de batalla. Y acusó al general Igor Kirillov y a sus tropas de haber participado “en el despliegue de estas armas bárbaras”. Las sanciones británicas (congelación de activos, prohibición de viajar) también afectaron a dos laboratorios del Ministerio de Defensa ruso, en este caso el 27mi centro científico y el 33mi Instituto central de pruebas e investigaciones científicas.
Ucrania culpa a Rusia de “más de 4.800 casos de uso de municiones químicas” desde el inicio de la guerra. Moscú considera “absurdas” estas acusaciones y niega utilizar armas prohibidas por la Convención sobre Armas Químicas de la que es signatario. Pero la OPAQ, la organización responsable de su prohibición, documentó al menos un caso de uso de gas lacrimógeno antidisturbios contenido en una granada en septiembre pasado en el frente ucraniano. Este agente no letal pero incapacitante tiene la ventaja para el atacante de obligar a los defensores a abandonar las trincheras.
Como en 1914-1918
Los británicos y los estadounidenses creen que el ejército ruso también utiliza un agente asfixiante tóxico, la cloropicrina, que ya se utilizó durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Rusia dijo en 2017 que había destruido su arsenal de 40.000 toneladas de armas químicas. Sin embargo, recordamos en Londres que agentes rusos administraron el terrible agente neurotóxico Novichok a un opositor ruso en Salisbury en 2018, el mismo que luego se utilizó contra Alexei Navalny.
Al atacar a un general tan importante en la ultraprotegida capital rusa, Ucrania, que lucha sobre el terreno, envía un mensaje a todos los altos funcionarios que apoyan la guerra de Putin. La víspera, el presidente ruso había invitado a altos funcionarios del Ministerio de Defensa, entre ellos Igor Kirillov, a hacer un balance de los combates en 2024. Y según el diario ruso Kommersant, el ataque podría haber sido planeado con vistas a esta reunión. .
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