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Una política de expansión disfrazada de desarrollo económico
En Cisjordania, Israel está aumentando los proyectos de construcción e infraestructura, presentados como respuestas a necesidades demográficas y económicas. Sin embargo, detrás de este discurso, estas iniciativas son parte de una estrategia de expansión objetivo sistemático de fragmentar el territorio palestino y consolidar un control duradero en áreas clave. Esta política, apoyada por inversiones masivas del Estado israelí, pone en duda la Perspectivas de un futuro Estado palestino..
Israel acelera la aprobación de nuevos proyectos de asentamiento mientras invierte en carreteras de circunvalaciónque aíslan a las ciudades y pueblos palestinos. Estas carreteras, reservadas a los colonos israelíes, sirven como enlaces estratégicosentre los asentamientos, evitando al mismo tiempo las localidades palestinas. el territorio es asi fragmentadodificultando cualquier continuidad geográfica palestina y privando a los palestinos de un acceso fluido a sus propias tierras.
Expropiaciones y demoliciones: una política de asfixia de los palestinos
La expansión de las colonias va de la mano con expropiaciones masivas de tierra palestina. Las autoridades israelíes a menudo declaran estas áreas como “tierras estatales” o las requisan por razones de seguridad. En muchos casos, estos terrenos se utilizan luego para desarrollar asentamientos agrícolas o residencialesreservado para los colonos israelíes.
Al mismo tiempo, Israel impone restricciones severas sobre los permisos de construcción palestinos, empujando a los residentes a construir sin permiso oficial. Estas construcciones, consideradas ilegales, son luego demolido por las fuerzas israelíes, empeorando la crisis de vivienda para las familias palestinas. En algunas zonas, las demoliciones también afectan escuelas e infraestructura vitalcreando un clima de inseguridad permanente para los palestinos.
Las cifras recientes dan testimonio de esta alarmante realidad: cientos de estructuras palestinas son destruidas cada año, mientras que los proyectos de asentamiento avanzan sin cesar. Esta política deasfixia territorial y demográfica pretende hacer la vida imposible a los palestinos, empujándolos a dejar su tierra.
El argumento de la seguridad como cobertura política
Israel justifica sus políticas en Cisjordania con argumentos de seguridadafirmando que los asentamientos y las carreteras de circunvalación reducen el riesgo de ataques a sus ciudadanos. Sin embargo, estas infraestructuras sóloagravar las tensiones localeslo que provocó enfrentamientos periódicos entre colonos y palestinos.
El establecimiento de nuevas colonias suele ir acompañado de la mayor presencia militar para “proteger” a los colonos, militarizando aún más la vida cotidiana de los palestinos. Del puntos de control Se erigen más, lo que restringe la libertad de movimiento y obstaculizar el acceso de los residentes a su trabajo, escuelas o tierras agrícolas.
Una política ilegal según el derecho internacional
La comunidad internacional considera unánimemente que los asentamientos israelíes en Cisjordania son ilegal en lo que respecta al derecho internacional, en particular el Cuarto Convenio de Ginebra. Las Naciones Unidas y la Unión Europea denuncian periódicamente estas políticas, afirmando que comprometer irremediablemente La solución de dos Estados.
Sin embargo, las críticas internacionales persisten simbólicosin ninguna medida restrictiva. Israel, con sus alianzas estratégicas, en particular con los Estados Unidos, sigueignora estas advertenciasacelerando la aplicación de los hechos consumados sobre el terreno.
Una fragmentación organizada para enterrar la solución de dos Estados
Las consecuencias de esta política de expansión son dramáticas para los palestinos. El territorio es cada vez más fragmentadocompuesto por áreas aisladas sin continuidad geográfica. Esta estrategia hace que la creación de un Estado palestino casi imposibletanto territorial como económicamente.
Las carreteras de los colonos, las zonas industriales israelíes y los asentamientos agrícolas forman una red destinada a dominar la economía local mientras marginando Comunidades palestinas. Estas iniciativas no son sólo proyectos de desarrollo: constituyen un estrategia política deliberada para fortalecer la soberanía israelí en estos territorios en disputa.
Voces críticas silenciadas
A pesar de las denuncias de ONG locales e internacionales, la política israelí de expansión continúa con el apoyo de la opinión pública israelí más conservadora. Quienes se oponen a esta estrategia, incluso dentro de Israel, luchan por ser escuchados en un contexto político dominado por partidos nacionalistas y religiosos.
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