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Rusia, frágil mediador entre Israel y Siria

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En un Medio Oriente marcado por rivalidades geopolíticas, Rusia desempeña un papel estratégico en las complejas relaciones entre Israel y el régimen sirio. Aunque Moscú apoya activamente al presidente sirio Bashar al-Assad, se esfuerza por mantener un delicado equilibrio con Israel, un aliado indirecto pero influyente en la región.

Un actor clave en Siria

Desde su intervención militar en 2015, Rusia se ha convertido en un actor clave en Siria, consolidando el poder de Bashar al-Assad. De acuerdo a HaderekhMoscú ha reforzado su presencia militar mediante la construcción de bases estratégicas, especialmente en Hmeimim y Tartous, al tiempo que desempeña un papel mediador en las negociaciones locales. Israel, por su parte, ha adoptado una política de ataques selectivos para contener las amenazas planteadas por Irán y sus aliados, sin provocar un conflicto directo con el régimen sirio respaldado por Rusia (Haderekh, 16 de diciembre de 2024).

Coordinación entre Jerusalén y Moscú

ashvasser informa que la coordinación militar entre Israel y Rusia es crucial para evitar incidentes en el espacio aéreo sirio. Esta cooperación, aunque tácita, se basa en canales de comunicación seguros que permiten a Israel llevar a cabo ataques selectivos contra instalaciones iraníes en Siria, evitando al mismo tiempo entrar en una confrontación directa con las fuerzas rusas. Moscú acepta estas intervenciones israelíes siempre que no afecten la estabilidad del régimen de Assad (Hamvaser, 16 de diciembre de 2024).

En paralelo, Merkaz Ha’inyanim destaca que Rusia ha alentado silenciosamente al régimen sirio a no responder a los ataques israelíes, considerando que cualquier ampliación del conflicto podría debilitar sus propios intereses estratégicos en la región. Esta posición pone de relieve el deseo de Moscú de desempeñar un papel estabilizador en un contexto explosivo (Merkaz Ha’inyanim, 16 de diciembre de 2024).

Irán, un factor de tensión

La creciente influencia de Irán en Siria sigue siendo un punto de fricción entre Rusia e Israel. Yated Neeman informes de que Israel ha expresado repetidamente su preocupación por la presencia de milicias proiraníes cerca de sus fronteras del norte. Moscú, si bien permaneció cerca de Teherán, habría indicado a sus aliados iraníes que limitaran sus actividades en ciertas regiones sensibles para evitar una escalada militar con Israel (Yated Neeman, 16 de diciembre de 2024).

Rusia también es consciente de que las tensiones entre Israel e Irán podrían socavar sus esfuerzos por reconstruir Siria. shaharit informes de que Moscú propuso recientemente conversaciones tripartitas entre Israel, Siria e Irán para aliviar las tensiones. Aunque esta iniciativa aún se encuentra en sus primeras etapas, refleja el enfoque proactivo de Rusia en la gestión de conflictos regionales (Shaharit, 16 de diciembre de 2024).

Una influencia política medida

Políticamente, Rusia actúa como moderador discreto entre Israel y el régimen sirio. De acuerdo a HaderekhMoscú jugó un papel decisivo a la hora de evitar una escalada importante tras los ataques israelíes a instalaciones cercanas a Damasco. A cambio, Israel evitó atacar sitios directamente asociados con los intereses rusos, lo que ilustra un equilibrio frágil pero mantenido (Haderekh, 16 de diciembre de 2024).

Un futuro incierto para Siria

Sin embargo, el papel de Rusia como mediador sigue limitado por las ambiciones encontradas de sus aliados y rivales en la región. ashvasser destaca que la reconstrucción de Siria depende en gran medida de la inversión extranjera, también de los países del Golfo y de China, lo que podría reducir la influencia de Moscú a largo plazo. Israel, por su parte, sigue de cerca los acontecimientos en Siria, consciente de que cualquier cambio podría alterar el equilibrio de poder regional (Hamvaser, 16 de diciembre de 2024).

Un equilibrio frágil pero esencial

Rusia sigue desempeñando un papel crucial en la gestión de las tensiones entre Israel y el régimen sirio. Su influencia se basa en una diplomacia pragmática, cuyo objetivo es mantener la estabilidad regional y al mismo tiempo proteger sus propios intereses estratégicos. En un Oriente Medio en constante cambio, la capacidad de Moscú para conciliar las demandas contradictorias de sus socios sigue siendo un desafío importante para su papel como potencia regional.

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