Mientras Siria atraviesa una gran crisis, Israel está tomando medidas de choque para fortalecer su presencia en el Golán anexado. Una decisión que provoca fuertes reacciones en el mundo árabe…
Mientras Siria atraviesa una importante crisis política desde la caída de Bashar al-Assad el 8 de diciembre, Israel está aprovechando la oportunidad para fortalecer su presencia en la parte de los Altos del Golán anexada por el Estado judío. Una decisión que provoca fuertes reacciones en el mundo árabe.
Un proyecto aprobado por unanimidad para duplicar la población del Golán anexado
El pasado domingo, el Gobierno israelí aprobó “por unanimidad” el plan del primer ministro Benjamín Netanyahu de duplicar la población en las localidades del Golán anexadas por Israel. Está prevista una inversión de 40 millones de shekels (aproximadamente 10,6 millones de euros) para “el desarrollo demográfico de las localidades del Golán y de la ciudad de Katzrin, ante la guerra y el nuevo frente en Siria”, según un comunicado del gobierno de Netanyahu. oficina.
Se trata de una decisión que fortalece a las localidades del Golán y al Estado de Israel.
– Comunicado de prensa de la Oficina del Primer Ministro israelí
Actualmente, alrededor de 30.000 ciudadanos israelíes viven en 34 localidades del Golán anexado, a los que se suman 23.000 drusos, una comunidad descendiente del Islam, la mayoría de los cuales afirman ser sirios aunque tienen el estatus de residentes en Israel.
Israel dice que no quiere entrar en conflicto con Siria
A pesar de esta controvertida decisión, Benjamín Netanyahu subrayó que Israel no deseaba entrar en conflicto con Siria. “No tenemos ningún interés en confrontar a Siria; definiremos la política de Israel hacia Siria basándonos en la realidad sobre el terreno”, dijo.
El Primer Ministro también recordó la importancia estratégica de la presencia israelí en el Golán, una meseta que domina las colinas de Galilea y el lago Galilea en el norte de Israel.
El Golán, un territorio conquistado y anexado por Israel
Recordemos que Israel conquistó parte del Golán, en el suroeste de Siria, durante la guerra árabe-israelí de 1967, antes de anexarlo en 1981. Una anexión reconocida sólo por Estados Unidos bajo la administración Trump en 2019.
La semana pasada, Benjamín Netanyahu declaró que el Golán anexado sería israelí “por la eternidad”. Una declaración que provocó fuertes reacciones en el mundo árabe.
Condenas árabes y toma de control de la zona de amortiguamiento de la ONU
Arabia Saudita condenó el proyecto israelí y denunció un “sabotaje continuo de las oportunidades para restablecer la seguridad y la estabilidad en Siria”. Qatar, por su parte, deploró “un nuevo episodio de la serie de agresiones israelíes contra territorios sirios y una flagrante violación del derecho internacional”.
Apenas unas horas después de la caída de Bashar al-Assad, Israel también tomó el control de la zona de amortiguamiento que separa a ambos países en los Altos del Golán, una zona hasta entonces vigilada por la ONU. El ejército israelí también se apoderó de zonas más allá de esta zona de amortiguamiento, una acción presentada por Israel como una medida temporal y defensiva pero que provocó la condena internacional.
Israel se prepara para “permanecer” en la zona de amortiguamiento
El Ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó a las tropas que “se prepararan para permanecer” en la zona de amortiguación durante el invierno. Según Benjamín Netanyahu, esta toma de poder tiene como objetivo impedir que Siria ataque a Israel o permita que otros, en particular el Hezbollah libanés, lo hagan desde su territorio, como ha ocurrido en el pasado.
Desde la huida de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo cientos de ataques en territorio sirio, dirigidos a depósitos de armas químicas y a las defensas aéreas de la marina siria, para evitar que las armas caigan en manos de los rebeldes, según autoridades israelíes.
Un contexto geopolítico explosivo
Las recientes decisiones de Israel respecto del Golán se producen en un contexto geopolítico particularmente tenso. La caída de Bashar al-Assad ha sumido a Siria en una importante crisis política, generando temores de desestabilización de toda la región.
Ante esta situación, Israel parece decidido a reforzar su presencia en el Golán, un territorio estratégico que le permite controlar parte de la frontera con Siria. Pero esta política ofensiva está provocando graves tensiones con los países árabes vecinos y corre el riesgo de inflamar aún más un conflicto que ya es particularmente complejo.
Queda por ver cómo evolucionará la situación en los próximos meses, mientras Siria intenta reconstruirse después de años de guerra civil y las relaciones árabe-israelíes siguen bajo alta tensión. Una cosa es segura: la cuestión del Golán sigue estando en el centro de las cuestiones geopolíticas de la región y, sin duda, seguirá siendo objeto de acaloradas controversias en los años venideros.
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