Según un estudio encargado por la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores, los ingresos de los creadores musicales podrían verse drásticamente reducidos en 2028.
franceinfo: ¿Desde hace un año, las herramientas de inteligencia artificial generativa, accesibles al público en general, revolucionan el mundo de la creación musical?
Sara Lemoine: Se trata de herramientas como Suno y Udio, capaces de generar música o una canción completa, a partir de un aviso (una serie de datos proporcionados a un sistema de inteligencia artificial), todo en menos de 30 segundos. Con resultados desiguales, pero a veces sorprendentes. El éxito fue casi inmediato.
En julio, Suno ya era utilizado por 12 millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, es esta música generada por inteligencia artificial la que potencialmente sustituirá parte del mercado de la música humana y repercutirá en los ingresos de los creadores humanos, estima la empresa PMP Strategy, que realizó el estudio.
¿Cómo pudo producirse esta canibalización?
A través del streaming musical, primero. Entre los escenarios probables, Suno y Udio evolucionan hacia plataformas de streaming, y las plataformas existentes, como Deezer o Spotify, abren funciones para que sus clientes ya no sean simples consumidores, sino que puedan crear su música y compartirla. Si una parte del pastel se destina a obras generadas por IA, no irá a los bolsillos de los compositores humanos.
El estudio señala un riesgo especialmente elevado en el caso de las listas de reproducción ambientales, que escuchamos mientras hacemos deporte o cocinamos, y que son muy numerosas en las plataformas de streaming. Pero también sobre música de fondo, utilizada en películas, series, documentales, videojuegos o lugares públicos, y a la que se puede acceder a través de bibliotecas musicales.
¿Cuál sería la pérdida de ingresos para los creadores de música humanos a nivel mundial?
Se espera que caigan una cuarta parte en 2028, con una pérdida anual de 4.000 millones de euros. Tanto porque los proveedores de IA generativa entrenan sus modelos en obras humanas, sin autorización y sin pagar a sus autores, como porque la próxima oleada de música creada por IA competirá injustamente con la música humana.
O, “la existencia de una profesión depende directamente de su remuneración”señala con razón Constance Hermann Follain, directora jurídica de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores. CISAC, que pide a los gobiernos que modifiquen el marco regulatorio lo más rápido posible.
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