Sólo el sábado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) registró “61 ataques en menos de cinco horas”. “Israel continúa intensificando sus ataques aéreos contra territorio sirio, en particular para destruir completamente los túneles bajo las montañas que contienen almacenes de misiles balísticos”.
Se utilizaron “misiles de fragmentación”, añadió la ONG, con sede en el Reino Unido pero con una amplia red de fuentes dentro de Siria. “Estos túneles contenían almacenes para misiles balísticos, municiones, granadas de mortero y otros equipos militares”.
El sábado por la noche también informó de ataques israelíes contra otros depósitos de armas en la región de Qalamoun, cerca de Damasco, pero también cerca de Deraa y Soueida, en el sur.
Anteriormente, el OSDH informó que un “instituto científico” y otras posiciones militares en Barzé, en el extremo noreste de Damasco, habían sido destruidos por ataques israelíes.
País “agotado”
Según la ONG, también habían atacado un “aeropuerto militar” en los alrededores de la ciudad. Esta serie de ataques contra “los sitios militares del antiguo régimen” tienen como objetivo “destruir lo que queda de las capacidades militares del próximo ejército sirio”.
El viernes, la Fuerza Aérea israelí atacó una “base de misiles en el monte Qassioun en Damasco”, según el OSDH, así como un aeropuerto en la región de Soueida y “laboratorios de investigación y defensa en Masyaf”, en la provincia de Hama.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó al ejército “prepararse para permanecer” durante todo el invierno en la zona de amortiguamiento en el borde de la parte del Golán sirio ocupada por Israel. Las tropas israelíes entraron en la zona de amortiguación justo después de la caída de Assad. La ONU ha denunciado una “violación” del acuerdo de retirada de 1974 entre Siria e Israel.
El sábado, Abu Mohammad al-Jolani, líder de la coalición dominada por los islamistas que tomó el poder en Siria y que ahora se hace llamar por su nombre real, Ahmad al-Chareh, denunció la incursión. Sin embargo, afirmó que su país estaba demasiado “agotado” por la guerra para emprender un nuevo conflicto.
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