Vie 13 dic 2024 ▪
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Luc José A.
El año 2023 marcó una ruptura significativa en la evolución de los activos de los hogares franceses. Después de ocho años consecutivos de crecimiento, este descendió hasta situarse en 14.567 millones de euros, un descenso del 0,9% con respecto a 2022. Este descenso, confirmado por un estudio del INSEE y del Banco de Francia, arroja luz sobre cambios profundos en la economía francesa. Este fenómeno, atribuible principalmente a la caída de los precios inmobiliarios, refleja el impacto de las recientes decisiones monetarias, en particular el aumento de las tasas clave del Banco Central Europeo, que ha aumentado el costo del crédito y desacelerado la demanda. El sector inmobiliario, que alguna vez fue un motor clave de la riqueza de los hogares, se ha encontrado en el centro de esta crisis. Además, los precios, que cayeron un 4,7%, pesaron fuertemente sobre la riqueza nacional, aunque el aumento del 8,3% de los activos financieros mitigó parcialmente las pérdidas.
Devaluación inmobiliaria, una tendencia sin precedentes
En 2023, los activos inmobiliarios de los franceses experimentaron una importante caída del 4,7%, lo que supone una ruptura con la tendencia observada desde hace ocho años. Según un estudio del INSEE y del Banco de Francia, esta devaluación se explica principalmente por el aumento de los tipos de interés impuestos por el Banco Central Europeo. Esta medida encareció los préstamos inmobiliarios. Así, provocó una desaceleración de la demanda en el mercado inmobiliario, lo que provocó una caída generalizada de los precios a nivel nacional. Como especifica este estudio publicado el miércoles 11 de diciembre de 2024, “la caída de los precios ha impactado directamente en la riqueza neta de los hogares”, lo que revela así la vulnerabilidad de un sector históricamente estable.
Esta contracción de los activos inmobiliarios es tanto más crítica cuanto que se produce en un contexto económico marcado por disparidades crecientes. Aunque los activos financieros de los hogares registraron un aumento del 8,3%, apoyado en una revalorización de los activos financieros debido a los mismos tipos elevados, esto no fue suficiente para compensar las pérdidas en el sector inmobiliario. Esta situación revela una doble división: por un lado, entre los distintos tipos de activos, y por otro, entre los propios hogares, algunos de los cuales se ven más afectados por esta devaluación. Esta evolución acentúa las desigualdades económicas y pone en duda la resiliencia de los hogares ante los cambios en el mercado inmobiliario.
Una onda expansiva para las empresas y las instituciones públicas
La caída de los precios inmobiliarios en 2023 no se limitó a los hogares. De hecho, las empresas también vieron sus activos disminuir un 10%, caída atribuida en gran medida a la devaluación del suelo y al aumento de sus pasivos financieros. Este descenso afectó especialmente a las empresas no financieras, para las que los activos inmobiliarios desempeñan un papel decisivo como palanca económica. Además, las administraciones públicas no se han librado. Su riqueza experimentó una dramática contracción del 27,5%, aunque esta disminución fue parcialmente compensada por las ganancias registradas el año anterior.
Por tanto, las repercusiones de estos acontecimientos van mucho más allá de las cifras contables. La caída general del 4,2% en los activos nacionales, un fenómeno no visto desde 2014, refleja una contracción generalizada de la riqueza económica del país. A pesar de algunos signos de estabilización observados en el tercer trimestre de 2024, particularmente después de la decisión del Banco Central Europeo de reducir gradualmente los tipos oficiales, el mercado inmobiliario sigue bajo presión. Los compradores se mantienen cautelosos, lo que ralentiza las transacciones y obstaculiza una recuperación sostenible.
Estas tendencias revelan fragilidades estructurales que exigen una reflexión profunda sobre las políticas públicas y las estrategias de inversión. Si bien el sector inmobiliario constituye tradicionalmente un pilar de la estabilidad económica, su papel hoy se ve cuestionado ante incertidumbres duraderas. Los expertos subrayan que la estabilización del mercado requerirá un ajuste de las condiciones monetarias, pero también medidas destinadas a restaurar la confianza de los actores económicos.
Esta crisis inmobiliaria va mucho más allá de las cuestiones numéricas. Al reducir la riqueza global, agrava las desigualdades económicas y plantea dudas sobre la capacidad del mercado para volver a una dinámica duradera. Aunque la estabilización de precios observada en 2024 ofrece una perspectiva más optimista, persisten muchos obstáculos. Restaurar la confianza de los inversores y relanzar las transacciones inmobiliarias requerirá políticas públicas adaptadas y estrategias de inversión específicas, capaces de apoyar de forma sostenible un sector clave de la economía francesa.
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Luc José A.
Graduado por Sciences Po Toulouse y titular de una certificación de consultor blockchain emitida por Alyra, me uní a la aventura de Cointribune en 2019. Convencido del potencial de blockchain para transformar muchos sectores de la economía, asumí el compromiso de sensibilizar e informar al público en general. público sobre este ecosistema en constante evolución. Mi objetivo es permitir que todos comprendan mejor blockchain y aprovechen las oportunidades que ofrece. Me esfuerzo todos los días por proporcionar un análisis objetivo de los acontecimientos actuales, descifrar las tendencias del mercado, transmitir las últimas innovaciones tecnológicas y poner en perspectiva las cuestiones económicas y sociales de esta revolución en curso.
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