Los mercados financieros internacionales continúan su camino sinuoso, marcado por señales contrastantes. El viernes, el precio del barril de Brent del Mar del Norte, para entrega en febrero, aumentó un 1,42%, hasta 74,45 dólares. Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI), referencia estadounidense para las entregas en enero, vio acelerarse el precio de sus 159 litros un 1,73%, hasta situarse en 71,23 dólares.
El aumento de los precios del petróleo puede explicarse en parte por un rayo de optimismo que emana de China. El país, el mayor consumidor mundial de materias primas, ha despertado renovadas esperanzas en los mercados energéticos, a pesar de la decepción por la falta de detalles sobre los recientes anuncios de recuperación económica de las autoridades chinas. El Brent, que hace una semana todavía se cotizaba a 71 dólares, vio subir su precio a 74 dólares.
En Europa, los mercados bursátiles se mantuvieron cautelosos y se detuvieron tras la publicación de varios indicadores económicos importantes. Esta calma refleja las expectativas de los inversores con respecto a la reunión de política monetaria de la Reserva Federal estadounidense (FED), prevista para la próxima semana. Las tan esperadas decisiones de la Fed podrían influir en la evolución de los tipos de interés y, por tanto, de los mercados financieros globales.
En este contexto, los mercados asiáticos mostraron signos de decepción tras las medidas anunciadas por las autoridades chinas para apoyar la economía. Los analistas del Deutsche Bank consideraron que estos anuncios carecían de detalles, lo que generó cierta incertidumbre entre los inversores.
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