“El duodécimo nivel mantiene la geometría característica de la torre, con ventanas triangulares que siguen las formas paraboloides propias del diseño de Gaudí. “, especificaron los responsables del proyecto. También es la última etapa donde la piedra sigue siendo el material protagonista, ya que la terminal incorporará diversos elementos decorativos en trencadís, un mosaico típico del modernismo catalán.
En el interior, la torre cuenta con una escalera de piedra que se ensancha gradualmente a medida que se asciende, mientras que la silueta de la torre se estrecha. Esta combinación de formas crea “ un efecto arquitectónico único » particularmente en este duodécimo nivel donde la escalera interior se une al muro interior de la torre.
El turismo masivo causa problemas
Por otro lado, el Ayuntamiento de Barcelona, presidido por Jaume Collboni, anunció que invertirá 15,5 millones de euros en el Plan de Acción de la Zona de Actividad (EGA) de la Sagrada Familia. Es la primera de las quince EGA que pondrá en marcha el ayuntamiento de Barcelona para gestionar los flujos turísticos en la capital catalana. El programa, presentado esta semana al consejo municipal, incluye 37 medidas y estará vigente hasta 2027. Se ha llevado a cabo en colaboración con asociaciones, vecinos y responsables locales. Entre los cuatro retos que define la EGA: la saturación del espacio público o la transformación de los negocios de la zona. El municipio destaca que el impresionante volumen de turistas impacta la vida cotidiana de los vecinos del barrio, quienes exigen el uso del espacio público.
Cada año, alrededor de 20 millones de personas visitan las obras de la Sagrada Familia. Un éxito que genera problemas de convivencia. Para gestionar mejor el espacio público, se reelaborará el paisaje urbano y los atractivos turísticos. Se pondrá en marcha el sistema Bus 4.0 para mejorar el flujo de autobuses turísticos que pasan por el distrito.
Se preservarán los comercios locales, al tiempo que se intentará desarrollar la diversidad de la actividad económica. El plan prevé varias medidas para controlar las actividades no autorizadas, incluida la inspección de las conversiones de viviendas.
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