Añorala pequeña joya de Cannes, dirigida por el estadounidense Sean Baker, acaba de llegar a los cines. ¡Entre cine de autor y guión de Hollywood, tenemos una mezcla explosiva que nunca deja de cautivarnos!
Por Camille Sainson, periodista multiplataforma
Guión: Sean Baker | Director: Sean Baker | Fotografía: Drew Daniels | Música: Matthew Hearon-Smith | Edición: Sean Baker | Producción: Sean Baker, Alex Coco y Samantha Quan | Elenco: Mikey Madison, Youri Borissov, Mark Eydelstheyn
Técnicamente, la película es hermosa, casi simple en su producción y, sin embargo, las tomas se mueven, bailan al ritmo de una efusión de juventud, amor y odio. La cámara parece ligera en contraste con la pesadez del sujeto. Si algunos no dudan en establecer conexiones –casi dudosas– entre Añora y el cuento de Cenicienta, o incluso la película mujer bonitanos vemos obligados a señalar que, por el contrario, la obra de Baker está lejos de ser tan optimista, ni siquiera romántica. Añora Es ante todo un drama, la construcción de la identidad de una joven que se hizo exclusivamente sobre una relación enfermiza con la sexualidad. Es una lucha, una búsqueda de uno mismo, una liberación de la perversa dominación masculina, un intento vano, en última instancia, de desprenderse de un entorno que se aferra a la piel. La escena final también está llena de significado (alerta de spoiler), pero cuando es abandonada cobardemente, el primer reflejo de Anora es sumergir su dolor en el acto sexual. Cuando se da cuenta de lo absurdo de la situación, rompe a llorar. Luego se desvanece en la oscuridad y los créditos comienzan con sólo el sonido de los limpiaparabrisas que, hasta el final, serán los únicos vestigios de una situación ordinaria y demasiado trágica.
Uno podría preguntarse por qué Sean Baker elige “Anora” como título cuando su personaje epónimo prefiere el dulce apodo “Ani”; tal vez sea para enfatizar queen bienAnora no decide, sino que se somete constantemente a los deseos de los hombres, incluida esta decisión argumental. Su cuento de hadas dura sólo un momento, un interludio efímero en el que imagina tener una vida normal. La actuación de Mikey Madison es refrescante por su brillantez y furia, además, aunque su dueto con Yuri Borissov rápidamente nos deja sin aliento, la aparición del cuarteto es todo lo que necesitábamos. El nuevo tándem Anora – Igor es mucho más real, más divertido y por tanto más conmovedor. Si bien la dura realidad los oprime, su relación de odio y ternura es el arco de la historia que no vimos venir.
La obra de Sean Baker forma parte de una filmografía homogénea que aborda la pornografía, la prostitución y la vida de estas mujeres que no tienen otra opción que usar su cuerpo para esperar sobrevivir. Poco a poco subiendo las escaleras del Festival de Cannes, desde su debut en la quincena hasta la competición oficial, Sean Baker se va haciendo un hueco entre los grandes nombres de la dirección. Añora Es una merecida Palma de Oro que claramente merece el desvío.
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