¡Falló de nuevo! Las negociaciones de una semana en Busan, Corea del Sur, para alcanzar un tratado global contra la contaminación plástica no lograron llegar a un acuerdo y continuarán en una fecha posterior. Después de dos años de negociaciones, más de 170 países representados en la quinta y en principio última reunión del comité negociador intergubernamental sobre este tema tenían hasta el domingo por la tarde para llegar a un acuerdo. No lo lograron.
Las discusiones rápidamente se convirtieron en un diálogo de sordos entre una mayoría de países que querían un acuerdo ambicioso y un pequeño grupo de estados productores de petróleo encabezados por Rusia, Arabia Saudita e Irán. “Estamos preocupados por la continua obstrucción” de algunos países productores de petróleo, declaró el domingo por la mañana la ministra de Energía, Olga Givernet. La “coalición de grandes ambiciones” quería un tratado fuerte que abordara todo el ciclo de vida del plástico, es decir, desde la producción de polímeros a partir de productos derivados del petróleo hasta la gestión de los residuos plásticos.
El plástico es el tercer material más fabricado en el mundo, después del cemento y el acero. Producimos 460 millones de toneladas cada año. Los microplásticos están por todas partes; en el cuerpo humano, el aire, los océanos. En los países desarrollados se han activado dos palancas contra esta contaminación. En primer lugar, una caída drástica de las cantidades producidas. Particularmente para usos individuales y embalajes. Luego, la intensificación de la recogida y el reciclaje. Pero son Filipinas, India, Malasia, China e Indonesia los que vierten la mayor cantidad de plástico al océano (sin mencionar los desechos en tierra). La contaminación plástica podría triplicarse en todo el mundo para 2060, según un cálculo de la OCDE. No obstante, las negociaciones podrían reanudarse más adelante, aunque aún no sabemos cuándo ni de qué forma.
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