Las relaciones entre Moscú y los organismos deportivos mundiales se han visto consumidas durante varios años por una multitud de conflictos, entre el escándalo de dopaje estatal en Rusia y las escaladas verbales, que propugnan tensiones geopolíticas. Han estado polarizados con el COI desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022.
“Para defender los derechos de los atletas y de las organizaciones deportivas al libre acceso a las actividades deportivas internacionales”, Vladimir Putin ordenó “posponer hasta una decisión especial” la celebración de los Juegos Mundiales de la Amistad, según este decreto publicado en el sitio web oficial de documentos legales del gobierno ruso.
El presidente ruso había ordenado hace un año organizar estos Juegos, que elogió como una alternativa a los Juegos Olímpicos, en el contexto de la ofensiva en Ucrania que provocó una lluvia de sanciones occidentales contra Moscú, y que estaban previstos en septiembre en Moscú. y Ekaterimburgo, en los Urales.
Sin embargo, nunca tuvieron lugar, sin que las autoridades dieran ninguna explicación oficial.
Rusia, excluida del deporte mundial por su ataque a Ucrania, fue excluida como nación de los Juegos Olímpicos de este verano en París y estuvo representada sólo por un pequeño equipo de 15 atletas, compitiendo bajo una bandera neutral, después de una selección muy estricta.
Los atletas autorizados a competir debían haber demostrado que no habían apoyado la intervención militar rusa en Ucrania y que no pertenecían a ningún club deportivo vinculado a las fuerzas armadas o de seguridad, como ocurre a veces en Rusia.
Privados de su bandera y de su himno en la capital francesa, muchos atletas rusos optaron por abandonar las competiciones, denunciando criterios “discriminatorios”.
El COI acusó a Rusia antes de los Juegos Olímpicos de París de “politizar” el deporte y vio en la posible organización de los Juegos de la Amistad “un intento cínico” de explotar a los atletas “con fines de propaganda política”.
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