Una reunión de emergencia del gabinete de seguridad de Israel, presidida por Benjamín Netanyahu, pintó un panorama complejo de las implicaciones estratégicas del avance de las fuerzas rebeldes en Siria. Los servicios de inteligencia israelíes presentaron una evaluación detallada de la situación allí, revelando tanto grandes oportunidades como riesgos para la seguridad de Israel. Según la inteligencia presentada en esta reunión, la infraestructura iraní en Siria se ha visto gravemente afectada y ha caído en manos rebeldes. Hezbollah se ve obligado a redistribuir importantes recursos para apoyar al régimen de Assad, lo que podría aumentar las posibilidades de mantener la calma en la frontera norte de Israel.
Rusia está intensificando su participación en la crisis, invirtiendo recursos considerables para preservar el régimen de Assad. Moscú está presionando a Turquía en particular para que frene a los rebeldes y ha enviado generales de alto rango para dirigir operaciones militares. Irán, por su parte, sigue enviando fuerzas para apoyar al régimen sirio.
Surge una gran preocupación respecto del riesgo de que las capacidades estratégicas del régimen sirio caigan en manos de los rebeldes. Los servicios de seguridad israelíes están particularmente preocupados por el destino de los arsenales de armas estratégicas, en particular los restos de armas químicas. “El colapso del régimen sirio podría crear caos”, advirtieron los funcionarios de inteligencia a los líderes políticos. Esta situación podría conducir al surgimiento de nuevas amenazas militares contra Israel.
Los servicios de seguridad israelíes también anticipan que el régimen sirio podría reabrir sus puertas a importantes fuerzas iraníes, la mayoría de las cuales habían abandonado el país en los últimos años. Esta situación requiere una estrecha coordinación entre Israel y Estados Unidos, particularmente con el Comando Central estadounidense, ante la rápida evolución de la situación sobre el terreno.
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