El número de trabajadores transfronterizos que van a Bélgica a trabajar ha aumentado un 30% en Hauts-de-France desde 2010, según un informe del INSEE, publicado el 28 de noviembre de 2024. Lo que representa sólo el 1,6% de los activos, en comparación con 9% en Gran Este.
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El INSEE acaba de publicar, el 28 de noviembre de 2024, una encuesta nacional sobre los trabajadores transfronterizos residentes en Francia, basada en el censo de 2021. Se realiza un zoom en cada región; uno se refiere a Altos de Francia. Estos trabajadores transfronterizos que trabajan en Bélgica residen principalmente en el Norte. ¿Qué debemos recordar de esta publicación?
La principal información se refiere al número de trabajadores transfronterizos en la región: son 36.000. Una cifra superior al 30% respecto a 2010. Esto supone 7.800 personas más que cruzan la frontera por motivos profesionales. La mayoría de ellos vive en el departamento Norte, el más cercano a la frontera.
Del total de activos de la región, esto representa sólo el 1,6%. Muy por detrás del Gran Este (9%) o Auvernia-Ródano-Alpes (4%). “Esto se explica por el hecho de que los vínculos con Luxemburgo, Suiza o Alemania son más importantes en materia de flujos de trabajadores transfronterizos”. explica Thibault Decruyenaere, director regional adjunto del INSEE.
Casi un tercio de estos trabajadores (10.500 personas) viven en la zona de Roubaix y Tourcoing. Hay 6.700 en Valenciennes, 6.600 en Lille, 6.200 en Maubeuge. En sentido contrario, los belgas que vienen a trabajar a la región, principalmente ejecutivos, son cuatro veces menos numerosos.
Otra enseñanza de este estudio es que el trabajador transfronterizo recorre una media de unos 40 kilómetros para llegar al trabajo, frente a los 15 kilómetros de un trabajador que permanece en Francia. Un desplazamiento realizado en coche por la práctica totalidad de las personas (el 96%, frente al 80% de los residentes no fronterizos). “Como resultado, el viajero transfronterizo tiene un impacto de carbono dos veces mayor que el promedio”. observe a Thibault Decruyenaere.
Por tanto, el uso del transporte público es casi inexistente. Con una excepción, los directivos de Lille, el 17% de los cuales viajan a Bélgica en transporte público, en particular gracias a la existencia de líneas de tren TER hacia Tournai, por ejemplo, o del TGV entre Lille y Bruselas.
El predominio del uso del automóvil se explica por la “largo tiempo de viaje”, por un “Falta de red de transporte público”sino también por la tipología de trabajadores transfronterizos. De hecho, la mitad de ellos son trabajadores, sujetos a horarios escalonados, difíciles de conciliar con el transporte público.
Del lado belga, cuatro distritos reciben dos tercios de los flujos. En primer lugar, la zona de Tournai-Mouscron, que por sí sola acoge a 11.300 personas. Luego llegan las localidades de Kortrijk (4.800), Mons (4.700) e Ypres (2.700).
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