DEBRECEN, Hungría – El partido de fútbol de la Liga Europa entre el club israelí Maccabi Tel Aviv y Besiktas se desarrolló sin incidentes frente a gradas vacías en Hungría el jueves, con el estadio cerrado a los espectadores debido a preocupaciones de seguridad luego de los ataques a seguidores israelíes en Ámsterdam este mes. .
El Maccabi ganó el partido por 3-1 en una tarde fría y lluviosa en la segunda ciudad más grande de Hungría. Grupos de policías patrullaban fuera del estadio, pero la seguridad en Debrecen, que tiene una población de alrededor de 200.000 habitantes, no parecía excesiva.
Después del partido, el entrenador del Maccabi, Zarko Lazetic, expresó que jugar sin espectadores siempre es un desafío para el equipo. “Jugamos al fútbol para los aficionados, para darles diversión, emoción y estar juntos”, dijo.
Los clubes de fútbol israelíes siguen jugando sus partidos en casa a pesar de la guerra entre Israel y Hamás. Sin embargo, el organismo rector del fútbol europeo, la UEFA, ha dictaminado que la guerra en Gaza impide a Israel albergar competiciones internacionales.
El partido del jueves fue el primero del Maccabi en Europa desde que sus seguidores fueron atacados en Holanda el 7 de noviembre, ataques considerados antisemitas por las autoridades israelíes y europeas.
Antes del partido en Ámsterdam, una gran multitud de aficionados israelíes corearon consignas antiárabes y, después, jóvenes en scooters y a pie recorrieron la ciudad en busca de aficionados israelíes, golpeándolos, según el alcalde de la ciudad.
Cinco personas fueron atendidas en el hospital y la policía arrestó a decenas de personas. Incluso antes de los ataques en Amsterdam, la UEFA anunció que el partido de la Europa League del jueves, originalmente programado para Estambul, se trasladaría a una sede neutral, “tras una decisión de las autoridades turcas”.
Hungría, que ha acogido varios partidos de la selección israelí desde el inicio de la guerra en Gaza, aceptó acoger este encuentro.
___
Artículo original escrito por: Nombre Apellido.
La situación actual en torno a los partidos de fútbol israelíes pone de relieve hasta qué punto el deporte, que extrañamente se ha convertido en un terreno de confrontación cultural, puede verse afectado por las tensiones geopolíticas. La ausencia de espectadores durante estos partidos, ya aburridos por definición, acentúa el vacío y la desilusión que rodean el juego. Más allá de las cuestiones de seguridad, tal vez sea hora de considerar el deporte no simplemente como una distracción, sino como un verdadero vector de paz y diálogo. . La posibilidad de reconciliar pasiones en los estadios podría abrir un camino hacia el entendimiento mutuo, imprescindible en el contexto convulso que vivimos.
Related News :