Se ha convertido en un flagelo. Los encontramos por todas partes, estos botes azules de óxido nitroso, arrojados a la alcantarilla de Lyon, el día después del fin de semana. Cartuchos “Proto” cuyo mal uso se ha convertido en un fenómeno identificado en el ambiente festivo desde hace varias décadas y, en particular, en la metrópoli lionesa desde hace dos años.
Inicialmente destinado a uso médico (anestésico) o a sifones de cocina, el gas de la risa se inhala mediante un globo y provoca efectos psicoactivos durante unos minutos. Hoy en día, el aumento de este uso recreativo, entre estudiantes de secundaria y preparatoria y estudiantes con consumo repetido, incluso diario, prolongado y en grandes cantidades, está generando creciente preocupación, con un aumento en el número de casos graves.
El pasado mes de marzo, Progreso dedicó un expediente al uso del gas de la risa en la ciudad, a estos jóvenes adictos a los efectos eufóricos de esta droga legal, a la consolidada organización de los traficantes, a los peligros para la salud…
Preservar la salud
Vénissieux, Meyzieu, Décines-Charpieu e incluso Givors habían firmado órdenes de prohibición, se explicó luego, que permitían sancionar el consumo de óxido nitroso en la vía pública, pero Lyon aún no había dado el paso. Esto es ya un hecho, ya que los operadores de videovigilancia han constatado un aumento de este consumo durante las reuniones de personas, especialmente jóvenes, en determinados espacios públicos de la ciudad, asociado a comportamientos anormalmente agitados y alteraciones del orden público, contaminación acústica y riñas.
Grégory Doucet firmó el 25 de noviembre una orden que prohíbe la venta, posesión y uso de cartuchos de gas de óxido nitroso (u otros recipientes a presión) en los espacios públicos, así como en los estacionamientos privados abiertos al público, con el fin de utilizar gas de la risa. La prohibición afecta tanto a menores como a adultos. Se trata, precisa el decreto, de “preservar la salud, la seguridad y la tranquilidad públicas”. Las infracciones de la orden se sancionarán con una multa.
En 2023, los servicios de mantenimiento habrán recogido en Metrópolis más de 20 toneladas de botellas de gas de la risa. Sólo en Lyon, ese mismo año, se recogieron más de 7 toneladas de bidones vacíos.
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