Es un problema de los ricos que pesa sobre las finanzas públicas. Con el desarrollo de las energías renovables, la producción en ocasiones supera las necesidades de la población. A partir de entonces, los precios de la electricidad se vuelven negativos. Una situación que la Comisión Reguladora de Energía no desea ver más.
¿El fin de los precios negativos de la electricidad?
El mercado eléctrico atraviesa un período sin precedentes marcado por la aparición frecuente de precios negativos. Este fenómeno, aunque sorprendente para los consumidores, socava la estabilidad del sistema energético francés y pesa, sobre todo, sobre las finanzas públicas del país. FAnte esta situación, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) propone medidas concretas para ponerle fin.
Los precios negativos se producen cuando el suministro de electricidad supera con creces la demanda, especialmente durante los períodos de alta producción renovable (eólica y fotovoltaica). Si, en teoría, estos precios deberían favorecer a los consumidores, sus efectos son muy perjudiciales. Así, los productores de electricidad que se benefician de contratos de obligación de compra siguen recibiendo una compensación, incluso en caso de precios negativos. La CRE estima que la suspensión temporal de estos parques podría haber ahorrado 15 millones de euros en el primer semestre de 2024.
Por otra parte, sólo las grandes industrias, que compran su energía directamente en el mercado mayorista, se benefician de estos bajos precios. Los hogares y las pequeñas empresas siguen atados a contratos a medio plazo, donde estas fluctuaciones son invisibles.
La CRE quiere poner fin a este problema
La CRE ha identificado varias áreas de mejora para limitar el impacto de los precios negativosmanteniendo la transición energética. Así, una de las principales recomendaciones es modificar los contratos de obligación de compra de los mayores parques solares y eólicos, si los productores están de acuerdo. Esta medida reduciría las pérdidas financieras para el Estado.
En segundo lugar, debemos fomentar un consumo más flexible. Esto implica, por ejemplo, revisar las tarifas en horas punta y valle. Además, Enedis y CRE trabajan en diferentes franjas horarias entre verano e invierno, incentivando a los hogares a consumir más durante el día. Finalmente, Es necesario animar a las empresas a ajustar su consumo, por ejemplo bajando temporalmente la temperatura de los congeladores durante los períodos de alta producción solar.
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