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La joya de Ben Seghir, el golpe de Amdouni… los goles de un partido rico en aventuras

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El AS Mónaco perdió por primera vez esta temporada en la Liga de Campeones contra el Benfica (3-2) el miércoles en Mónaco. Los monegascos se desplomaron en los últimos minutos del tiempo reglamentario.

Resultado cruel para la ASM. Reducido a diez tras la exclusión de Singo a la hora (58), el Mónaco se desplomó en los últimos instantes del partido, contra el Benfica, encajando dos goles seguidos (84, 88), cuando había tomado ventaja en inferioridad numérica. La clasificación para la siguiente ronda esperará. Al final de un partido muy disputado y lleno de idas y venidas, el AS Mónaco finalmente sufrió su primer revés en esta Liga de Campeones.

Todo empezó perfectamente en este partido para el ASM, recompensado por su muy buen comienzo con el primer gol en la Liga de Campeones del internacional marroquí Eliesse Ben Seghir (13º). Sacado por detrás del ruso Golovine, al principio y al final de una magnífica jugada colectiva, el joven centrocampista ofensivo no necesitó desplegar toda su clase para convertir el disparo de su compañero.

Remontando con mucha fuerza a medida que se acercaba el descanso, el equipo lisboeta marcó el tono de una segunda parte completamente loca con el empate de Vangélis Pavlidis en el minuto 48. Aprovechando un pase un poco tímido hacia atrás de Caio Henrique para su portero, que salió sin mucha convicción al encuentro del delantero griego, Pavlidis fue a igualar por la derecha sin oposición.

Luego siguió todo, desde los dos goles rechazados (49, 55), uno a cada lado, hasta la expulsión de Wilfried Singo, por una segunda tarjeta amarilla, sin duda un poco dura, dada por el árbitro esloveno Rade Obrenovic. El Mónaco parecía condenado a sufrir y asfixiarse en inferioridad numérica, pero el gol inesperado de Magassa (67º) dio energía suficiente a sus compañeros para sobrevivir mentalmente al final del partido, apretando los dientes. Al menos eso es lo que probablemente esperaba el austriaco Adi Hütter, entrenador del ASM.

Lamentablemente para los monegascos, el final del partido fue fatal para ellos, con dos centros precisos. El primero, dirigido desde la banda izquierda, lo ejecutó el brasileño Cabral, que se quedó en el suelo tras empatar, atónito por su hazaña. En el proceso, Amdouni dio el golpe final al ASM aprovechando un momento de vacilación en la defensa asemista, y el caviar entregado por el eterno Ángel Di María, autor esta tarde de sus asistencias 37 y 38 en la Liga de Campeones.

Si bien tuvieron la oportunidad de dar un paso decisivo hacia la clasificación, con un éxito que les habría elevado también a la categoría de probable candidato entre los 8 primeros, la posición de los monegascos entre estos privilegiados que se clasificarían directamente en octavos La final pende ahora de un hilo.

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