El Real Madrid debía abrir el SkyBar al final de la temporada 2023-24, pero sigue cerrado. Los problemas y los escándalos se acumulan y hoy supimos que los miembros de la oficina del club intentaron enriquecerse gracias a este proyecto.
Los últimos detalles de la reforma del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu siguen prolongándose. Entre los dos proyectos de aparcamiento paralizados y la insonorización del estadio aún insuficiente, el proyecto aún no está terminado. Este es también el caso de SkyBarun bar VIP que debe asomarse al recinto.
Deudas acumuladas con proveedores
Esta incorporación debería permitir al Real Madrid generar beneficios millonarios cada año, pero su explotación aún está lejos de ser relevante. Las obras experimentaron varias ralentizaciones, en particular porque los proveedores de servicios responsables del proyecto desertaron.
El último es el grupo Anastia Gourmet Hostelería. Tras hacerse cargo del proyecto del grupo García-Delgado, contrajeron una deuda de 4 millones de euros con las empresas ejecutoras de la obra, sin poder pagarlas. Como garantía, las empresas no firmaron los documentos e informes relacionados con los trabajos que realizaron, documentos que sin embargo son obligatorios para obtener una licencia de funcionamiento. Anastia Gourmet Hostelería se encuentra así en una mala situación: sin fondos para reembolsar el trabajo y dependiente de una operación imposible tal como está.
Todos los caminos conducen a las oficinas del Real Madrid
Pero la historia no termina ahí. El grupo es una empresa de nueva creación con un capital social de apenas 3.000 euros, por lo que no ofrece ninguna garantía de su solvencia. Es propiedad de la sociedad Mandalore SL, antigua Bribón de Madrid SL, gestionada por Julio Mañas Martín-Camuñas y su socio Javier Utande. Anastia acaba de ser comprada por el grupo García-Delgado al 51% por 250.000 euros, pero este último no tiene intención de cubrir las deudas. Por otro lado, lanzó un litigio contra el Real Madrid, exigiendo 16 millones de euros al club, al que acusa de impedirle explotar el local del SkyBar.
Los prestadores de servicios y proveedores que realizaron los trabajos no entienden cómo el Real Madrid podía confiar en el grupo Anastia. Sin embargo, el periódico digital El Confidencial revela que esta elección habría estado motivada por intereses personales. Julio Mañas Martín-Camuñas y Javier Utande serían personas cercanas a Manuel Redondo, que no es el exfutbolista, sino el “jefe de presidencia del club” y “el abogado de confianza de Florentino Pérez”. Fue él quien habría firmado el primer contrato con el grupo García-Delgado y habría vuelto a incorporar al proyecto a Mañas y Utande por orden de Florentino Pérez.
Para añadir aún más complejidad, Anastia pasa por un despacho de abogados para gestionar la nómina de los empleados, Eduardo Fernández de Blas SA. Sin embargo, Eduardo Fernández de Blas no es otro que el vicepresidente segundo del Real Madrid y cercano a Florentino Pérez. Esta firma recibiría cerca de 60.000 euros al año por la gestión salarial.
La gestión del proyecto SkyBar sigue pendiente. Los proveedores esperan que el club se haga cargo directamente del asunto y salde las deudas de la obra o elija un inversor más fiable para alquilar el local y cubrir los gastos. Mientras tanto, los documentos relacionados con la obra aún no han sido firmados, lo que impide cualquier explotación y daña la imagen del Real Madrid.
François Simonin.
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