Los precios negativos de la electricidad, un fenómeno en el que la energía se vende a un precio inferior a cero, aumentaron significativamente en Francia en 2024. Según la Comisión Reguladora de Energía (CRE), se registraron 235 horas en el primer semestre, frente a 147 horas en todo el semestre. 2023. Este fenómeno, que representó el 5,4% del tiempo en 2024, genera importantes pérdidas económicas para el parque eléctrico francés.
Los orígenes de los precios negativos
Los precios negativos se producen cuando el suministro de electricidad supera con creces la demanda, lo que empuja a algunos productores a pagar para mantener la producción. Esta situación se debe a menudo a una gestión subóptima de los parques de producción y a determinadas condiciones de los sistemas de apoyo a las energías renovables. Las instalaciones que se benefician de una tarifa fija, insensibles a las fluctuaciones del mercado, siguen produciendo, incluso en períodos de precios negativos. Esto aumenta los costes para el Estado, estimados en 15 millones de euros en el primer semestre de 2024, porque estos sistemas compensan las pérdidas de los compradores obligados.
El peso económico de los precios negativos
La CRE estima que los precios negativos provocaron una pérdida de 80 millones de euros para los productores franceses no apoyados en 2024. Estos últimos mantienen una cierta producción para evitar los elevados costes de parar y reiniciar sus instalaciones. Por el contrario, suspender los parques que se benefician de una tarifa fija podría haber evitado parte de estas pérdidas.
A pesar de estos desafíos, las exportaciones francesas de electricidad han amortiguado parcialmente el impacto de los precios negativos. Francia exportó electricidad en el 85% de los casos en los que se observaron estos precios, aunque los volúmenes exportados fueron inferiores a los registrados durante los períodos de precios positivos.
Recomendaciones CRE
Para reducir el impacto de los precios negativos, la CRE propone varias medidas, en particular incentivos para cerrar las instalaciones subvencionadas durante estos períodos. También exige inversiones en soluciones estructurales, como el desarrollo de capacidades de almacenamiento de electricidad o la mejora de la flexibilidad de la demanda. Estas medidas tienen como objetivo alinear mejor la oferta y la demanda, al tiempo que reducen las ineficiencias del sistema actual.
Un fenómeno creciente
Hasta 2022, las horas de precio negativo nunca han superado las 102 horas al año, lo que representa el 1,2% del tiempo. Su multiplicación en los últimos dos años refleja una necesidad urgente de adaptar el sistema eléctrico francés para minimizar las pérdidas económicas y optimizar la gestión de los recursos.
Por último, la CRE subraya que también podrían explorarse otras palancas, como el fortalecimiento de las interconexiones con los países vecinos o una mejor coordinación europea, para mitigar estos desequilibrios.
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