Con motivo del mes de la economía social y solidaria (ESS), la tienda de moda colaborativa KSK, un lugar solidario y participativo, hace un balance de sus acciones y de su participación en la convocatoria de manifestaciones de interés “textiles” de ESS Francia.
Al responder a esta convocatoria, KSK recibió un premio de 20.000 €. Importante apoyo financiero obtenido entre los de los 33 ganadores repartidos por toda Francia y que permitirá, en particular, el desarrollo de talleres de sensibilización medioambiental.
Tres empleados, doce voluntarios para 160 familias
Esta asociación de economía social y solidaria, nacida en el Portet hace 7 años, tiene como objetivo crear vínculos sociales, trabajar por un consumo solidario, antidesperdicio y un despertar ecológico contra el sobreconsumo. Una tienda de segunda mano cuyas actuaciones se enmarcan en los valores de proximidad, circuito local y contacto humano. Así, la boutique KSK, un lugar solidario y participativo, está abierta a todos, y este colectivo transgeneracional y comprometido, que cuenta con tres empleados y 12 voluntarios, vive sobre todo para y gracias a sus clientes y a las 160 familias miembros.
“La gente viene en busca de conexiones sociales”, explica Sabrina, fundadora del proyecto. “Aquí está la casa de la humanidad”, añade Juani, una fiel voluntaria. “No es sólo una tienda, también es una historia”. La historia de mujeres embarazadas que luego regresan con sus bebés, o la de mujeres aisladas que vienen a buscar ropa pero sobre todo a escuchar y sonreír…
Los precios aquí son de tres a cinco veces más baratos que los de las propiedades nuevas. Y estos precios solidarios sólo son posibles gracias a los voluntarios, cuyas manitas clasifican, lavan, planchan, retocan y colocan en las estanterías. Estanterías bien surtidas donde está todo limpio, ordenado por tamaños y en muy buen estado. KSK ofrece alrededor de 10.000 prendas de segunda mano: bebés, niños (hasta 12-14 años) y mujeres. Las donaciones de ropa son sólo contribuciones voluntarias de particulares. La asociación no realiza compras, ni recupera artículos no vendidos, ni prendas que vengan de muy lejos. Y los que no se pueden poner en las estanterías se donan a otras asociaciones locales.
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