Mientras persista la guerra en Gaza, la guerra de Israel en el Líbano podría terminar con un acuerdo de alto el fuego. Y es aquí donde Siria, discreta desde el inicio del conflicto, parece emerger como un actor potencialmente clave en las negociaciones entre Israel y Líbano. Aunque estas conversaciones aún no se han hecho públicas, varias fuentes indican que emisarios de las cancillerías internacionales sitúan a Damasco en el centro de las negociaciones.
Un conflicto regional en evolución
Desde hace más de un año, la región está sumida en un conflicto que comenzó con el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. En el Líbano, Hezbolá abrió un frente de apoyo en Gaza al día siguiente, el 8 de octubre de 2023, aplicando el principio de “unidad de frentes”. El Líbano, su pueblo y su gobierno, que sigue como siempre, se vieron arrastrados al torbellino de la guerra tras la decisión unilateral de la milicia proiraní de vincular el destino del país al de Gaza. Sin embargo, el Líbano ahora busca negociar un acuerdo separado de la situación en el enclave palestino. El enviado estadounidense, Amos Hochstein, se entrevista con el presidente de la Cámara libanesa, Nabih Berry, quien insiste en la estricta aplicación de la Resolución 1701 de las Naciones Unidas, adoptada en 2006 tras la guerra entre Israel y Hezbolá.
Esta resolución tiene como objetivo establecer un alto el fuego duradero en el sur del Líbano, en particular exigiendo el desarme de Hezbollah, su retirada al norte del río Litani y el despliegue de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL). Las discusiones actuales se centran en mecanismos para fortalecer la implementación de esta resolución, como ampliar la comisión de seguimiento para incluir a países como Estados Unidos, Francia, Jordania y Egipto.
Siria, un pivote estratégico
A pesar de estos esfuerzos, Israel sigue siendo escéptico sobre la eficacia de la simple implementación de la Resolución 1701. Las autoridades israelíes creen que Hezbollah ha logrado construir una infraestructura militar a lo largo de la frontera sin mostrar una presencia armada visible, eludiendo así las disposiciones de la resolución. De hecho, a pesar de los intensos combates y la destrucción de las aldeas fronterizas, las fuerzas israelíes no han logrado establecer una posición duradera en el sur del Líbano.
Es en este contexto en el que Siria podría desempeñar un papel decisivo. Israel está convencido de que el territorio sirio es una ruta importante para el suministro de armas a Hezbollah desde Irán. Las rutas a través de Siria son esenciales para la transferencia de misiles y otras armas al Líbano. Como resultado, Israel ha intensificado sus ataques en Siria, especialmente contra la infraestructura logística y las rutas de contrabando de armas de Hezbolá.
Fuentes diplomáticas informan que el Ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, visitó recientemente Moscú para buscar la influencia del presidente ruso Vladimir Putin sobre el régimen sirio. El objetivo sería convencer a Damasco de que se distancie de Teherán y bloquee el flujo de armas hacia Hezbolá. A cambio, se podría considerar una reducción de las sanciones económicas impuestas a Siria durante más de una década.
La ciudad siria de Qousseir, situada cerca de la frontera libanesa, ilustra la importancia estratégica de Siria en este conflicto. Controlado por Hezbolá desde una batalla decisiva en 2013, Qousseir se ha convertido en un corredor logístico crucial para el entrenamiento chiíta. Los ataques israelíes en esta región han tenido como objetivo infraestructuras y carreteras utilizadas para el contrabando de armas, causando importantes pérdidas humanas y materiales.
¿Hacia un realineamiento de alianzas?
La cuestión crucial es si Siria está dispuesta a reorientar sus alianzas regionales. Debilitado económica y políticamente, el régimen de Bashar al-Assad podría verse tentado por un levantamiento parcial de las sanciones a cambio de cooperar con Israel y sus aliados occidentales. Sin embargo, Damasco también debe considerar sus estrechas relaciones con Irán, que ha sido un apoyo clave durante la guerra civil siria, así como con Hezbolá, que desempeña un papel militar clave en el país.
Rusia, que tiene una influencia significativa en Siria, podría alentar a Damasco a aceptar ese acuerdo, especialmente si sirve a sus propios intereses estratégicos en la región. Ante la perspectiva de un cambio en la Casa Blanca y el regreso de Donald Trump, que ha expresado su intención de poner fin rápidamente al conflicto entre Rusia y Ucrania, Moscú podría ver una ventaja en estabilizar la situación en Siria.
Las operaciones israelíes contra Hezbolá en Siria se han intensificado, en particular contra la unidad 4400, responsable del contrabando de armas. El ejército israelí dice que estas acciones han debilitado significativamente la capacidad de Hezbollah para fortalecer su arsenal. Sin embargo, es demasiado pronto para medir el impacto real de estos ataques en el equilibrio de fuerzas en la región.
El desafío para Siria es determinar si los beneficios potenciales de una reducción de las sanciones económicas y un acercamiento con ciertos países árabes superan los riesgos de una ruptura con Irán y Hezbollah. Esta elección estratégica podría remodelar las alianzas regionales y tener importantes repercusiones en la estabilidad de Medio Oriente.
En resumen, Siria se encuentra en una encrucijada decisiva en el contexto de las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y el Líbano. Su papel potencial en el control del suministro de armas de Hezbollah podría ser decisivo para el éxito de las discusiones y el establecimiento de una paz duradera en el sur del Líbano. Sin embargo, persisten incertidumbres sobre la voluntad de Damasco de modificar sus alianzas históricas y su capacidad para hacerlo sin desestabilizar más la región.
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