Las grandes empresas de petróleo y gas están en el centro de la agenda energética de Donald Trump. El futuro presidente estadounidense tiene la intención de centrarse en gran medida en los combustibles fósiles durante su mandato. Sin embargo, muestran con orgullo sus ambiciones medioambientales. Descifrado.
Sabíamos que Donald Trump No era un ferviente activista climático. Tenemos más pruebas de ello ya que su equipo está desarrollando un programa centrado en el petróleo y el gas. Si se aplica, se concederán, en particular, autorizaciones para nuevas perforaciones petrolíferas. Donald Trump también tiene la intención de derogar ciertas leyes y regulaciones sobre energía y clima aprobadas bajo el mandato de joe biden. Unos proyectos que alegran a las empresas del sector.
Sin embargo, se han comprometido a eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Esto no es nuevo, desde 2021, la Agencia Internacional de Energía les ha estado instando a detener cualquier nuevo proyecto de exploración petrolera con elobjetivo de neutralidad de carbono para 2050.
Un sector bajo presión
Algunas “grandes petroleras” invierten en energías verdes, pero esto es sólo una pequeña parte de su actividad. Obviamente no están abandonando los combustibles fósiles. La prueba es: en 2022, las inversiones en energías renovables representaron menos del 5% de sus gastos. Por lo tanto, el margen de progreso es significativo. Para comprender mejor la situación actual, tenemos que retroceder cuatro años, hasta el final de la pandemia de Covid. La bajísima demanda preocupó a inversores y empresas porque el petróleo, al igual que el gas, se encontraba en un nivel muy bajo. Por tanto, los grandes grupos se han centrado un poco más en las energías renovables, creyendo que este mercado constituiría una actividad económica mejor que los combustibles fósiles. ¡Por ejemplo, BP se ha comprometido a reducir su producción de petróleo o gas en un 40% para 2030!
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¡Máquina atrás todos!
Estas inversiones no dieron sus frutos. Ilustración con estas cifras: Exxon Mobil, que no ha tomado este camino, prefiriendo invertir en áreas como la extracción de hidrógeno o litio, ha visto subir su precio en Wall Street desde 2019… ¡+70%! Un aumento que contrasta con BP, que perdió un 19% en el mismo período. Como resultado, BP está dando marcha atrás y aumentará su gasto en combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables. Entonces, lo que debemos entender es que hoy los inversores están recompensando a las grandes petroleras que no han adoptado la energía eólica o solar. En concreto, si el cambio climático es un riesgo para el planeta, la prioridad de los inversores es obtener beneficios.
Las petroleras se muestran en verde
La paradoja es que vemos muchos grandes Las petroleras se diversifican e invierten en verde.. Sin embargo, según la Agencia Internacional de la Energía, los gigantes invierten el doble en energías renovables que en combustibles fósiles. Pero algunas asociaciones denuncian un doble discurso: el de invocar esta excusa para producir aún más petróleo.
En cualquier caso, lo que estamos observando es el pragmatismo de las grandes petroleras que, a pesar de las campañas que involucran energía verde, eólica y solar, siguen siendo adictas a los combustibles fósiles. ¡Y lo que tendremos que observar especialmente es cómo reaccionarán si el precio del petróleo vuelve a caer!
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