Investigadores californianos intentan modificar genéticamente la flora intestinal de los rumiantes, mientras que una vaca emite una media de 100 kg de metano al año a través del proceso de digestión natural.
Publicado el 26/11/2024 07:42
Actualizado el 26/11/2024 08:51
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En Estados Unidos, un laboratorio trabaja este noviembre en el desarrollo de una pastilla que bloquea la producción de metano en las vacas. En este proyecto colaboran unas cuarenta personas en un laboratorio de investigación de California. Está supervisado en particular por Jennifer Doudna, ganadora del Premio Nobel de Química por la invención de las “tijeras moleculares” CRISPR, una tecnología para modificar genes.
Esta vez sigue siendo una cuestión de genética, pero a nivel de la microbiota de las vacas y otros rumiantes. La idea es transformar genéticamente la flora intestinal de los rumiantes para que dejen de producir metano durante la digestión. De hecho, el metano es el segundo gas de efecto invernadero después del CO2, con un poder de calentamiento 80 veces mayor que este último. De ahí la importancia de abordar este problema. Una vaca emite una media de 100 kg de metano al año a través del proceso de digestión natural.
Los investigadores tienen previsto identificar, entre los miles de millones de microorganismos presentes en la microbiota de los rumiantes, una o más bacterias que puedan estar modificadas genéticamente. De este modo, estas bacterias podrían actuar como “sensores” de hidrógeno en el sistema digestivo, impidiendo su transformación en metano. Estas bacterias modificadas se administrarían a los rumiantes en forma de pastilla o inyección, idealmente todas a la vez, desde el comienzo de sus vidas. Aunque el éxito no está garantizado, el programa de investigación durará siete años.
A la espera de la llegada de esta pastilla o inyección, existen otras soluciones para que las granjas emitan menos metano. Los complementos alimenticios, ya disponibles en el mercado, ayudan a reducir la producción de metano en el sistema digestivo. Estos complementos pueden ser sintéticos, en forma de moléculas específicas, o naturales, como la adición de alfalfa, algas o incluso lino en la dieta tradicional de los rumiantes.
En Francia, un trabajo del Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Inrae) muestra que estos métodos pueden reducir las emisiones de metano entre un 20 y un 40%. Sin embargo, estos cambios en la dieta tienen un costo y no son suficientes para eliminar por completo el problema. Una solución complementaria pasa por reducir el consumo de carne
limitar las emisiones de metano relacionadas con la ganadería.
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