Cuando al público no le gusta un jugador, generalmente le resulta muy difícil volver a la normalidad. Pero a base de trabajo duro, Killian Sardella transformó los miedos y las burlas de Lotto Park en aplausos.
A sus 22 años, Killian Sardella ya ha vivido varias vidas en Anderlecht. Cuando apenas había cumplido 17 años fue bombardeado como titular por Vincent Kompany. Un momento que recuerda con emoción en el plató de La Tribune.
“Fue un cáliz envenenado. No es fácil volver cuando el equipo no estaba funcionando, con un nuevo entrenador, nuevos líderes, un nuevo sistema, pero no me arrepiento de nada. Sólo puedo agradecer Vicente Kompany por ayudarme a empezar en ese momento. Me permitió construir un personaje, vivir cosas difíciles, por supuesto, pero significa que hoy estoy preparado para cualquier cosa”, explica Sardella.
Los Diablos, una consagración tras años de penurias
Vivió algunos momentos difíciles. Especialmente cuando sus actuaciones se vieron afectadas por el síndrome compartimental, un aumento de presión que sentía en la pierna y que sólo fue diagnosticado más tarde. “Sufrí mucho… las críticas en los medios, los periódicos, los pitos del público. Fue difícil. Cuando veo eso, me digo que he recorrido un largo camino y he progresado mucho. He aprendido mucho gracias a todo eso”, continúa.
Antes de continuar: “Me dio forma. Es un poco gracias a eso que estoy aquí hoy. ¿Cómo salgo de esta espiral negativa? Tuve la suerte de estar muy bien rodeada de mi familia, mis seres queridos, pero también el personal me ayudó”. mucho en el club.
Hoy se siente aliviado de haber salido de esta mala situación: “Tuve altibajos, sobre todo el inicio de mi carrera con esos tres primeros años complicados, también hubo lesiones. Y luego, el renacimiento con la llegada de Brian Riemer. Hoy diremos que estoy en la pendiente ascendente”.
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