Nicolas Tonev / Crédito foto: Ignacio Marin / AGENCIA ANADOLU / Agencia Anadolu vía AFP
06:20, 25 de noviembre de 2024modificado a
Desde el inicio del conflicto ucraniano, y más aún con el conflicto de Oriente Medio, Estados Unidos ha dado la impresión de estar siempre un paso por delante en cuanto a los anuncios de lanzamientos de misiles por parte de los beligerantes. Y esto es sólo una impresión, porque las fuerzas estadounidenses tienen un arma espacial formidable, digna de ciencia ficción, llamada SBIRS.
El jueves pasado, Rusia disparó contra Ucrania un misil de alcance intermedio con múltiples ojivas, un aparato de 50 toneladas capaz de volar más de 5.000 kilómetros. Un lanzamiento de misiles por parte de los beligerantes detenidos por los Estados Unidos, equipados con un arma espacial que les permite estar siempre un paso por delante de estos anuncios: el SBIRS (sistema de infrarrojos espacial).
Una constelación de satélites
“SBIRS, por sus siglas en inglés Space Infrarrojos Detección System, es una constelación de satélites que detecta y rastrea las salidas de misiles en todo el mundo”, indica el American Space Systems Command en un vídeo. Número de satélites dedicados: seis, número de satélites asociados: desconocido. Las máquinas están colocadas en tres tipos de órbitas complementarias para aprovechar al máximo sus sensores ultrasensibles.
“Cada satélite tiene dos sensores infrarrojos, un escáner de alerta de lanzamiento de misiles que precede a la detección terrestre y un detector de actividad dirigido a regiones seleccionadas”, añade el comando estadounidense.
Una inversión considerada rentable
“No sólo ven el calor, sino que son capaces de ver que ese calor se está moviendo. Tenemos operadores que pueden analizar fuentes de calor que se mueven rápidamente y determinar el origen, particularmente para un misil balístico, es absolutamente crucial”, explica. Diario de Wall Street General Saltzmann, jefe de operaciones de las fuerzas espaciales estadounidenses.
Todo se decide en los primeros minutos de los lanzamientos, cuando el calor permite saber dónde va a interceptarlo o protegerse el misil. Cuando el motor se apaga, la máquina se enfría y es más difícil de detectar. El SBRIS cuesta y es muy caro: miles de millones de dólares muy discutidos al inicio del proyecto, pero ya no, lo que demuestra el avance estratégico que proporciona a Washington.
Related News :