Biodiversidad, espacio, inteligencia artificial, educación… Focos en las conferencias y encuentros organizados en la Cité des Sciences et de l’Industrie. Hoy, Debate sobre la proyección del documental “¡Todos afuera!” por Anne Jochum, Martes 3 de diciembre a las 14:30 horas.
¿Cómo surgió el deseo de abordar este tema?
Esta película nació de una preocupación. La asociación Préparons Demain, que lo ha producido, publica cada año un documental centrado en la juventud y la paternidad. Inicialmente teníamos pensado trabajar en alimentación cuando Jean Epstein, psicosociólogo especializado en la primera infancia, nos advirtió que “la emergencia” para abordar este tema. Desde el confinamiento, instituciones y profesionales están alarmados por la falta de naturaleza. Hoy asistimos a un doble movimiento. Por un lado, un retorno a la naturaleza para aquellos a quienes les resultaba difícil separarse de ella. Por otro, una compartimentación cada vez más marcada por los hábitos familiares y las pantallas. Esto concierne tanto a los niños como a los padres. En el documental escuchamos cifras alucinantes. Los niños salen menos que los presos. En Francia, 4 de cada 10 niños nunca juegan fuera durante la semana…
Durante la preparación de este documental, lo más preocupante para mí fue esta observación: en Quebec, una sociedad centrada en el desarrollo infantil, los niños sólo disfrutan de 12 minutos de juego libre al día, es decir, cuando no dirigido ni acompañado. En mi opinión, eso dice mucho del resto. El niño está cada vez menos en contacto consigo mismo. Ya no tiene tiempo libre para hacer las cosas solo, para saber lo que le gusta y lo que no, para explorar, para aburrirse. El alcance de la libertad disminuye con cada generación. Si para nuestros bisabuelos, se extendía varios kilómetros. Ahora se ha reducido a unos pocos cientos de metros, o incluso a decenas. Sin embargo, esta libertad es fundamental para su desarrollo y esta carencia influye mucho en su relación con el mundo exterior.
En la película mencionas todos los beneficios de la naturaleza en el desarrollo de los niños…
Primero, están las implicaciones para la salud. Moverse es bueno para los músculos y el corazón. Pero también están todos los aportes psíquicos. Todo lo que desarrolla la relación con la naturaleza: cooperación, empatía, autonomía, confianza en uno mismo. Afuera, el niño explora, toma conciencia de lo vivo. Cuando aplasta una hormiga, está muerta, es una experiencia de aprendizaje. Sus acciones tienen un impacto y él lo experimenta. Resbala, cae, vuelve a empezar. Aprende a través de los errores.
¿Cuáles son las vías hoy para remediar esta falta de naturaleza?
A nivel arquitectónico, las ciudades cada vez se interesan más por ello. Los patios de las escuelas están reverdeciendo de nuevo. En la guardería se diseñan proyectos educativos en relación con el mundo exterior. También está el desarrollo de “escuelas forestales”, aunque sigan siendo iniciativas privadas. Estrenamos esta película para dar la voz de alarma porque los profesionales debemos poder actuar con los padres y las instituciones. Deben pensar juntos por qué los niños ya no tienen acceso al aire libre. ¿Cuáles son los frenos? El miedo al depredador, a la carretera, a la tierra… Hay muchas cosas que deconstruir. En una sociedad higienista, todos nos hemos visto un poco atrapados en normas y preceptos sanitarios. Sin embargo, detrás de estas preguntas hay un verdadero problema de salud pública.
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