Frustrado con sus jugadores, el técnico sintió que el equipo se había vuelto complaciente y notó la bajada de rendimiento durante la segunda mitad del derbi.
El fútbol es voluble. Si el disparo de Raphinha hubiera acabado en gol en lugar de estrellarse en el poste en el minuto 77, estas líneas tal vez no se habrían escrito. Pero lo que cuenta son los resultados, y en un abrir y cerrar de ojos, el Barça pasó de esperar volver a la senda del triunfo en Balaídos a confirmar su bajón de forma tras un sensacional inicio de temporada. Da igual cómo acabó el partido en Vigo, la realidad es que el equipo de Hansi Flick perdió la ventaja. El técnico, consciente de ello desde hacía varios días, se enfrentó a la plantilla nada más terminar el partido contra el Celta.
El alemán siente que algo va en la dirección equivocada y así lo expresó en el vestuario de Balaídos antes de regresar a Barcelona. En resumen, el mensaje de Hansi fue que esto no puede continuar. Sin embargo, el diagnóstico es multifacético. Algunas cuestiones son estrictamente tácticas, otras son cuestiones de mentalidad y otras más tienen que ver con la actitud.
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Para Flick, el principal problema reside en la falta de determinación en la carrera por el partido. Es decir, el técnico alemán piensa que los jugadores se relajaron, como si creyeran que podían seguir ganando sin dar lo mejor de sí en cada acción. Hansi ya había notado durante el derbi contra el Espanyol que algunos jugadores se estaban frenando, pero en ese momento no se asustó porque quiso creer que era un resultado de la ventaja en el marcador.
Flick acepta errores de ejecución, pero no los que se deben a falta de esfuerzo. Por ello, rechazó la idea de culpar a Kounde por su error que provocó el 1-2. Ya estaba descontento con la forma en que iban las cosas.
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El cuerpo técnico también es consciente de que el equipo ha perdido agudeza. Se han vuelto demasiado cómodos, especialmente con el balón y en sus tareas obligatorias como la presión agresiva. Flick ha visto al equipo desorganizado en los últimos partidos, corriendo sin rumbo por momentos.
Sin pelos en la lengua con sus jugadores, Flick reiteró este domingo que quien piense que este equipo ha conseguido algo se equivoca. Lo dijo con expresión seria y enojada; incluso decepcionado, porque creía haber dejado claro que no se debía considerar en ningún momento la trampa de la excesiva relajación. Los alemanes exigen una respuesta inmediata que debe llegar contra Brest. Media hora de buen fútbol no le basta a Hansi; Quiere un partido completo y sin desconexiones.
Hay otros factores que Flick considera al explicar por qué su equipo no está rindiendo como hace un mes. Por un lado, los rivales encuentran formas de burlar la defensa alta, castigándolos más y mejor en el espacio. Por otro lado, centrándose concretamente en lo ocurrido en Vigo, el técnico cree que faltó madurez y personalidad para disputar los últimos minutos en el 1-2 con posesiones largas. Cabe destacar que la pasada temporada estuvieron varios jugadores con poca experiencia jugando en Primera RFEF.
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Además, varios otros elementos explican el descenso de forma de los blaugrana. Surgieron errores individuales en San Sebastián y Vigo, y les salió caro. En Vigo los jugadores acababan de regresar de sus compromisos internacionales e históricamente el primer partido tras el parón siempre ha sido complicado.
Finalmente, y esto es importante, el personal reconoce que otros dos elementos han disminuido su brillantez. La lesión de Lamine ha dejado al Barça sin desequilibrio estático. Además, la ausencia de Lamine o la inclusión de Gavi obligaron a Flick a cambiar las posiciones de varios jugadores. Estos cambios han provocado una pérdida de fluidez en el juego. Por ejemplo, Olmo ofrece mucho menos por banda que por el centro.
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