Un trabajador que trabajaba en la rehabilitación de una escuela afectada por una dramática inundación el 29 de octubre en la región española de Valencia murió el domingo cuando parte del techo del edificio se derrumbó, dijeron las autoridades.
La víctima falleció “durante las obras que se realizaban en este establecimiento”, un colegio público situado en Massanassa, un pueblo de 9.000 habitantes en las afueras de Valencia, dijo a los periodistas la prefecta de la región, Pilar Bernabé.
En este accidente, ocurrido el domingo al mediodía, también resultó herido un segundo hombre, de 35 años, que fue trasladado al hospital, precisó Bernabé, que acudió al lugar acompañada de miembros de la policía científica responsables de la investigación.
Según el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, que convocó una reunión de emergencia en la sede del ejecutivo regional, la víctima y su colega herido trabajaban ambos para una empresa de obras públicas llamada Tragsa.
El objetivo es “analizar” lo que pudo haber ocurrido y garantizar que este tipo de accidentes no puedan “repetirse”, explicó Mazón, criticado desde finales de octubre por su gestión considerada caótica de las inundaciones y sus consecuencias.
Según las autoridades, varios militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que responde a desastres naturales, se encontraban en el edificio cuando el techo se desplomó. Sin embargo, lograron escapar ilesos del edificio.
En un mensaje publicado en la red social”.
“Quiero agradecer y saludar el trabajo de todos aquellos que participan incansablemente en los trabajos de reconstrucción. Su dedicación y compromiso son el mejor ejemplo de servicio público”, añadió.
El colegio donde se produjo el accidente, llamado Lluís Vives, es según medios españoles uno de los establecimientos más afectados por las inundaciones del 29 de octubre en el sureste de España, que dejaron al menos 228 muertos, 221 de ellos en la Comunidad Valenciana. .
Según el director del colegio, Salvador Crespo, citado por este medio, una veintena de vehículos fueron efectivamente embestidos contra el edificio la noche del 29 de octubre, tras ser arrastrados por las olas. Esto llevó a las autoridades a prohibir la reapertura del edificio, que había quedado gravemente debilitado.
Esta nueva tragedia se produce mientras continúan los trabajos para limpiar y restaurar las infraestructuras destruidas por las inundaciones en la región de Valencia, donde miles de edificios y automóviles se han visto afectados.
Según la Comunidad Valenciana, desde finales de octubre los servicios estatales y regionales han evacuado cerca de 200.000 toneladas de barro y residuos.
(afp)
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