“Oh, sí, eso es -1000 puntos de aura”. Este comentario, visto en TikTok y escrito en el idioma de Molière, es sólo un ejemplo entre muchas reacciones a uno de los conciertos de Sabrina Carpenter. Hay que decir que su gira, denominada “Short n’ Sweet Tour” (que hará escala en Francia el próximo mes de marzo), es generosa en acontecimientos libidinosos. Los más conocidos son los de “Juno”, donde en el preámbulo finge tener un amor a primera vista por una persona elegida al azar (o no) entre el público. Un enamoramiento tan intenso que ella pierde parte de su ropa y le regala unas esposas rosas. Antes, unos versos después, simulando una de las posiciones del Kamasutra en la letra. “¿Alguna vez has probado… este?”.
Hasta ahora, las posturas eran más o menos sobrias, pero más recientemente la estrella del pop se ha entregado de forma muy explícita, imitando el estilo perrito acrobático, los splits, el strap (o strap-on) y la felación que practica, utilizando el micrófono como una varilla. El mundo parece entonces dividirse en dos bandos irreconciliables: los que aman esta postura (literalmente), considerándola una forma de feminismo moderno, ya que Sabrina Carpenter abraza su sexualidad sin sonrojarse, y los que encuentran el espectáculo, en el mejor de los casos, ridículo. en el peor de los casos, vulgar y provocativo. “No pude llevar a mis hijos ni a mis padres a su gira”dicen algunas personas en comentarios aquí y allá. Eso es bueno, la lista de reproducción no está dirigida a ellos. Realmente no.
Porque evocar a los hijos o a los padres de forma más o menos mojigata sería demostrar un cierto desconocimiento del catálogo del artista, y especialmente de su última obra, Corto y dulceque de ninguna manera es “amigable para niños o padres”. Basta una simple escucha para entenderlo: “Bed Chem”, un título muy “codificado por Ariana Grande”, evoca la inequívoca alquimia sexual que ella fantasea entre ella y la persona que le gusta; la polémica “Juno” citada anteriormente tiene casi el mismo mensaje y la estrella del pop lo dice sin rodeos: “Estoy tan jodidamente cachonda”. Visualmente tampoco estamos siendo sutiles. El clip de “Taste” es una escalada de violencia loca aunque no sea gratuita y se justifique por una gran cantidad de homenajes al cine de terror (y no sólo eso). En resumen, todo el álbum a veces rezuma violencia cínica, a veces sexo.
Y no es un cambio radical por parte de Sabrina Carpenter. Ya en correos electrónicos que no puedo enviarsu quinta obra estrenada en 2022 (porque, sí, la cantante lleva un tiempo en el juego aunque la hayas descubierto en “Espresso”), estaba esta identidad cubierta de basura y sensualidad. El título “Read your Mind”, lleno de insinuaciones, relata una historia de amor incumplida con un hombre que prefiere engañarla a pesar del buen tiempo pasado en la cama. El clip de “Feather”, que causó escándalo por estar filmado en una iglesia, claramente tiene algo de “Like a Prayer” de Madonna. Si el lado blasfemo es diferente, lo cierto es que la hemoglobina explota y que los hombres no sirven para mucho más que carne de cañón, que a veces sirve para matarse unos a otros, a veces para acabar cortados por un ascensor.
Entonces, sorprenderse tanto de verla imitando el coito en el escenario es no conocer realmente su carrera (no hace daño, pero ya lo sabes), o por el contrario quedarte estancado en sus inicios e infantilizarla al extremo. Entonces obviamente pensamos en la comedia de Disney. El mundo de Riley donde la joven explotó. Excepto que la ficción adolescente terminó desde 2017, Sabrina Carpenter ha crecido, nosotros también, ella no es una pequeña rubia virginal hecha para programas de risa grabados. Sería el momento de seguir adelante y dejar que el interesado explore otras vías, nos parezcan de buen gusto o no. Por último, cabe señalar que ciertos comentarios negativos están obviamente teñidos de misoginia. ¿Cuántos artistas masculinos ya han imitado el acto (a veces con personas del público)? Y para este mismo número de artistas masculinos, ¿cuántos han sido víctimas del mal revuelo? ¿Dos o tres?
Una noción de camisa de fuerza patriarcal que ya se mencionó durante una polémica similar marcada por la homofobia de un gran número de espectadores, en particular la de Troye Sivan en el escenario, imitando más o menos los mismos actos que su colega Carpenter. Y no hay nada más lógico en eso, porque la homofobia y la misoginia están vinculadas como dos amigos desde hace mucho tiempo: siempre habrá más ruido alrededor de una persona que practica sexo oral que alrededor de una persona que lo recibe. Si a pesar de todas estas explicaciones aún no logras ver el recorrido de Sabrina Carpenter en la pintura, fácil, sólo tienes que jugar con tu algoritmo en las redes para escapar de ello. Para otros, disfrutaremos: el ediciones no estamos a punto de parar.
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