Si bien los precios de los sellos volverán a aumentar el 1 de enero de 2025, los estafadores se aprovechan de ello para vender falsificaciones a precios de saldo.
100.000. Este es el número de sellos falsos incautados por la aduana francesa en los últimos meses. Los lotes más importantes de mercancías se encontraron en la región parisina, en Marsella, pero también en Reims, donde un individuo almacenaba 24.000 sellos falsos en su casa.
Como explica el sitio web de la aduana francesa, estas falsificaciones provienen de Asia. Los sellos se parecen mucho a la versión original ya que llevan el logotipo de La Poste y el de Marianne. Pero en realidad no tienen nada que ver con la empresa que fabrica sus sellos en Boulazac, en Nueva Aquitania. La empresa ha decidido presentar una denuncia contra los destinatarios de los paquetes recibidos en la aduana.
Sellos falsos clásicos y de colección.
Estas falsificaciones, que se refieren tanto a sellos clásicos como a sellos coleccionables, se venden generalmente en línea o en secreto entre particulares. Sólo hay que escribir “sello barato” en Google para encontrar multitud de sitios que los ofrecen a precios de saldo.
La circulación de estas copias ilegales no sólo perjudica a La Poste, que sufre una pérdida de ingresos, sino también y sobre todo a los usuarios, que corren grave riesgo de no recibir su correo.
Asimismo, los filatelistas (coleccionistas de sellos) también son víctimas de estas falsificaciones. De hecho, los sellos coleccionables no se libran de los falsificadores.
Multa de hasta 300.000 euros a los usuarios
Si, por supuesto, se procesa a las personas que ponen en circulación estos sellos, los usuarios que los compran también pueden ser objeto de procedimientos judiciales.
Como explica la web de la aduana, “las sanciones aduaneras son acumulables a las sanciones penales que se puedan imponer y que pueden llegar hasta una multa de 300.000 euros y tres años de prisión”.
Por tanto, para evitar verse expuesto a estas sanciones, es imprescindible adquirir sus sellos directamente en su oficina de correos o en el sitio previsto a tal efecto.
El precio de los sellos se está disparando
Si bien algunas personas pueden comprar estos productos sin saber que son falsificados, otras los compran a sabiendas para ahorrar dinero.
No en vano, La Poste ha aumentado considerablemente los precios de sus sellos en los últimos años. También está previsto un nuevo incremento del 7,8% en el precio de la letra verde a partir del 1 de enero.
Para enviar una carta de 20 gramos, los franceses tendrán que pagar 1,39 euros frente a los 1,29 euros actuales. Las tarifas postales ya habían aumentado un 8,3% el 1 de enero.
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