En nombre de la eficiencia gubernamental, Elon Musk ataca el teletrabajo de los funcionarios estadounidenses

Teletrabajo… Una práctica ampliamente adoptada en Estados Unidos desde la pandemia de 2020, cada vez más criticada por los jefes. Este será uno de los primeros caballos de batalla del nuevo ministerio de la administración Trump, “DOGE” (por Departamento de Eficiencia Gubernamental) liderado por Elon Musk y Vivek Ramaswamy. De hecho, el objetivo de esta iniciativa sería reducir el número de funcionarios federales fomentando la dimisión voluntaria y haciendo obligatoria la vuelta al trabajo presencial cinco días a la semana. Los dos líderes de este extraordinario ministerio expresaron escepticismo sobre el número de empleados que trabajan a distancia dentro del gobierno.

Presionan la dimisión para ahorrar dinero público

Según fuentes informadas por CNN, una de las prioridades inmediatas del departamento de eficiencia gubernamental sería, por tanto, poner fin al teletrabajo en las agencias federales. En realidad, la idea sería bastante simple: si las empresas privadas exigen la presencia física de sus empleados, ¿por qué los funcionarios federales, pagados con los impuestos de los ciudadanos, deberían beneficiarse de tal privilegio? Ponerle fin alentaría a un gran número de funcionarios públicos a abandonar voluntariamente sus puestos, lo que reduciría la nómina del gobierno y ahorraría dinero público. Sin embargo, ¿a qué costo de eficiencia? No lo sabemos.

Otra propuesta que se está considerando sería reubicar las agencias federales fuera de Washington, DC, la capital de la costa este. Un cambio que tendría el efecto de hacer la vida más difícil a muchos empleados, obligándolos a mudarse o abandonar sus puestos. Un medio considerado para reducir la fuerza laboral federal.

Sólo el 10% de los funcionarios trabajan desde casa

Muchos funcionarios han expresado su preocupación por las consecuencias de estas medidas en su vida personal y profesional. Un empleado de la Biblioteca del Congreso le dijo a CNN que un regreso forzoso a Washington significaría una mudanza costosa y la separación de su familia, lo que podría obligarlo a dejar su puesto. Otros trabajadores, particularmente aquellos con hijos, enfatizaron que regresar a la oficina podría obligarlos a abandonar sus funciones. Estas oleadas esperadas de renuncias todavía corren el riesgo de dañar en gran medida la tan buscada eficiencia dentro de las agencias federales que ya tienen dificultades para retener a sus empleados a largo plazo.

Los defensores de los derechos de los trabajadores, como la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE), ya han respondido. Creen que estas medidas podrían empeorar la situación de los empleados y perjudicar la calidad del servicio público. El presidente de la organización, Everett Kelley, precisa que apenas el 10% de los funcionarios federales trabajan actualmente de forma remota y que más de uno de cada dos puestos nunca ha sido elegible para el teletrabajo.