Productos, techos y viviendas quedaron reducidos a cenizas en el centro comercial Masi-Manimba, durante la noche del martes al miércoles, en la capital del territorio. Un incendio, cuyo origen se desconoce, se produjo hacia las 20.00 horas, mientras varios comerciantes cerraban sus establecimientos. El incendio arrasó principalmente dos grandes edificios comerciales, llamados “Fondation Mickaël”, así como otras pequeñas estructuras vecinas. No se pudo salvar nada en las zonas afectadas por las llamas, mientras que los objetos de algunas casas adyacentes resultaron dañados durante su apresurada evacuación por parte de los jóvenes que acudieron a ayudar.
Las causas del incendio aún no están claras. Ni la policía ni los vecinos pudieron explicar el origen de las llamas. Algunos jóvenes intentaron apagar el fuego con arena, pero no había agua disponible para controlar las llamas. Algunas personas valientes destruyeron los tejados para limitar la propagación del fuego.
Los vecinos, entrevistados in situ, expresaron su consternación ante este suceso inesperado.
“No entendíamos cómo sucedió esto. El incendio comenzó en la primera casa de la Fundación Mickaël, donde no se pudo recuperar nada. De repente vimos humo y los jóvenes comprendieron que se trataba de un incendio. Luego las llamas se extendieron, Lo perdí todo, todo se fue, es realmente lamentable”, dijo una madre que conocimos en RN1.
Masi-Manimba no dispone de servicio de bomberos, situación que ha aumentado el malestar de la población.
“No hay ningún vehículo de extinción de incendios en Masi-Manimba, ni siquiera agua para apagar el incendio. Compramos agua a REGIDESO, pero deja de fluir a las 5 de la tarde. ¿Dónde podríamos encontrarla? ¿Agua a esta hora para apagar este incendio?” preguntó un testigo del incendio.
Masi-Manimba, un territorio de más de un millón quinientos mil habitantes, cubre 14.327 km² y sigue careciendo de infraestructuras esenciales para gestionar tales catástrofes.
Jonathan Mesa en Masi-Manimba
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