“Trabajo veinte horas por un partido pero no me quejo porque estoy en primera fila para seguirlo. Y veinte horas es un promedio, también depende de la distancia a recorrer para asegurar la delegación. »
Después de viajar a Rouen y a Le Mans desde el inicio de la temporada nacional, Pascal Razer, ex jugador de D4 del DC Carhaix, no tuvo demasiados kilómetros que recorrer para llegar desde Châteauneuf-du-Faou, donde es el jefe de la Sección de estudios de fútbol, en Concarneau. Con su suplente de Morbihan, Frédéric Rocher, los dos representantes de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) fueron los regionales para la fase del partido nacional entre US Concarneau y Dijon (1-2).
El pre-partido
Su cita estaba fijada para las 16.00 horas y tomarían posesión de sus funciones tres horas antes del inicio, previsto para las 19.30 horas. “Con las distintas reuniones organizativas, las tres horas pasan rápidamente. »
Reuniones que el delegado deberá preparar con antelación. “He estado en el partido desde el comienzo de la semana. Hay mucha información que recopilar de los diferentes stakeholders, las identidades, datos de contacto y responsabilidades de cada persona, el protocolo previo al partido, la equipación de los jugadores, los colores de las camisetas, los dorsales de los suplentes, la equipación, etc. . Respecto al club visitante, es necesario conocer su modo de viaje, su lugar de alojamiento, su hora de llegada al estadio, el número anunciado de sus seguidores (eran 45) que se sumarán a su estacionamiento. También necesitamos ver el reparto de tareas con mi asistente, que hace qué en términos de gestión del acta informatizada del partido (FMI), seguimiento de los cambios de jugadores con paneles de sustitución, sanciones administrativas, receta del tanteo…”.
Sincronización precisa
En H-3, los delegados tienen un primer contacto con el comisario del club anfitrión (Jean-Yves Bourrée) y realizan una inspección conjunta de los vestuarios de visitantes y árbitros, de la sala antidopaje y de la que les ha sido asignada. Revisan el expediente organizacional y comienzan a gestionar la tableta para el FMI.
A las 02:45, reunión de organización y seguridad: recordatorio de las competencias de cada uno, cronometraje previo al partido, gestión de recogepelotas, banquillos, exclusiones, regreso a los vestuarios de los árbitros, atención particular al comportamiento de los aficionados visitantes. club. Validación de indumentaria ante el organismo arbitral.
En reunión de medios H-2 asegurando la transmisión televisiva. En H-1, transmisión del FMI a los locutores de prensa presentes y a la FFF.
El post-partido
Después del partido, finalización del FMI con los árbitros: puntuación, disciplina (sanciones administrativas) y cambios de jugadores. A continuación, los dos delegados comprueban juntos toda la información que hay que transmitir: los goleadores, los pasadores, los heridos y la hoja de recibo (20.116 euros para 2.252 espectadores).
Aparte del comportamiento de los aficionados visitantes (etiquetas, bombas de humo y roturas en los sanitarios) descontentos con el precio de sus localidades (9 € en lugar de 5 negociados entre los distintos presidentes de los clubes), y de la derrota de Concarneau, el partido transcurrió bien. No hay control de dopaje en el programa. “Podremos volver a casa antes”, concluyó Pascal Razer esa noche. Todavía tendrá que hacer su informe. “Una hora de trabajo en D+1”. Todo está cronometrado.
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