Sin embargo, los 1.000 días de guerra representan un coste astronómico para Rusia, desde el punto de vista económico, humano y material. Según el semanario Le Point, Rusia ha perdido 700.000 soldados desde el inicio del conflicto, entre muertos, heridos, desaparecidos o capturados.
Alrededor de 200 en 2022, el número de pérdidas diarias para Rusia se estima actualmente entre 1.500 y 2.000 hombres. Esto es el doble de las pérdidas promedio de Francia durante la Primera Guerra Mundial. A estas pérdidas hay que añadir las huellas dejadas por una guerra contra los soldados: estrés postraumático, adicciones, violencia.
320 millones de dólares por día
Para incorporar cada vez más soldados al conflicto, en Rusia se ha desarrollado una verdadera “economía de muerte”. Se ofrecen importantes bonificaciones a los soldados que se alistan y luego se prometen nuevas bonificaciones a las familias de los soldados desaparecidos, hasta el punto de que “un ruso muerto aporta más a su familia que un ruso vivo”, según Le Monde.
Por tanto, el coste económico de la guerra es desproporcionado. Según se informa, el país ha gastado más de 320 mil millones de dólares desde el 24 de febrero de 2022, un promedio de 320 millones de dólares gastados cada día en la guerra. Como resultado, la inflación se ha acelerado más del 9% interanual y la escasez de empleo está aumentando. El servicio ruso de la BBC informa que entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre de 2024 se publicaron más de 90.000 ofertas de empleo en los mayores portales de búsqueda de empleo rusos
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