Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la industria tecnológica estadounidense podría afrontar una gran agitación. Su pasado mandato estuvo marcado por medidas proteccionistas y una visión controvertida de la regulación tecnológica, destinada en particular a limitar la influencia de las grandes plataformas en la libertad de expresión y la vida política. En los albores de este nuevo mandato, los expertos se preguntan cómo evolucionarán las políticas en materia de nuevas tecnologías, libertad de expresión en línea y relaciones internacionales, particularmente con China.
¿Una política proteccionista reforzada?
La administración Trump podría adoptar una postura proteccionista similar, o incluso más dura, en materia de tecnología. El ascenso de gigantes chinos, como Huawei y TikTok, ya había llevado a Trump a imponer sanciones y restringir sus operaciones en Estados Unidos. Un regreso a la Casa Blanca podría significar una reanudación, o incluso una intensificación, de estas restricciones. A medida que se intensifica la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China, las medidas estrictas podrían volver a apuntar a empresas extranjeras consideradas una amenaza a la seguridad nacional.
Teniendo esto en cuenta, Trump podría fortalecer el boicot a los productos chinos y fomentar la producción nacional de semiconductores, tecnologías avanzadas e infraestructura de redes, como parte de una política digital de “Estados Unidos primero”. También se podría pedir al Congreso que apoye financieramente la fabricación nacional de componentes estratégicos, para reducir la dependencia de las cadenas de suministro extranjeras. En otras palabras, el regreso de Trump podría dar un nuevo impulso a la “soberanía tecnológica” estadounidense.
Libertad de expresión y regulación de plataformas
Bajo la administración Trump, las cuestiones de la regulación de las redes sociales y la libertad de expresión han sido ampliamente debatidas. Tras su prohibición de Twitter y la restricción de sus publicaciones en otras plataformas en 2021, Trump criticó lo que percibió como un ataque a la libertad de expresión por parte de las grandes empresas tecnológicas. Por lo tanto, podría reavivar los debates sobre la reforma del artículo 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que protege a las plataformas de redes sociales de cualquier responsabilidad por el contenido publicado por los usuarios. Una revisión de esta ley podría tener consecuencias importantes para Facebook, X (antes Twitter), YouTube y otros gigantes, obligándoles potencialmente a filtrar más o menos contenidos.
Trump también podría impulsar medidas para que las plataformas no puedan “censurar” las opiniones conservadoras. Esto podría tomar la forma de nuevas leyes que garanticen la igualdad de acceso al contenido o limiten la moderación algorítmica. Sin embargo, tales decisiones correrían el riesgo de plantear cuestiones éticas y prácticas, incluida la forma de conciliar el control del discurso de odio y la garantía de la libertad de expresión.
El surgimiento de un ecosistema tecnológico alternativo
El regreso de Trump podría alentar el surgimiento y desarrollo de redes sociales y servicios tecnológicos alternativos, creados específicamente para escapar de las prácticas de censura percibidas en Silicon Valley. Plataformas como Truth Social, fundada por el propio Trump, podrían recibir un mayor apoyo y un marco regulatorio más permisivo. Estas redes, que atraen a una audiencia predominantemente conservadora, podrían beneficiarse de una legislación sobre neutralidad de plataforma, que les daría más visibilidad e influencia en el ecosistema digital.
Los servicios seguros de mensajería e intercambio también podrían crecer, impulsados por las crecientes preocupaciones sobre la protección de datos y la vigilancia de las plataformas tradicionales. De este modo, los nuevos actores independientes podrían ganar importancia en un mercado fragmentado y polarizado, donde los usuarios eligen sus servicios según sus creencias políticas.
Retos para las relaciones internacionales y la ciberseguridad
Las tensiones entre Estados Unidos y China podrían escalar bajo el mandato de Trump, impactando áreas clave como la ciberseguridad y las alianzas tecnológicas internacionales. También podría resurgir la cuestión de los boicots a las tecnologías chinas, así como la presión sobre los socios comerciales para limitar el acceso de China a determinada infraestructura tecnológica. En esta dinámica, se podrían implementar restricciones adicionales para impedir los intercambios tecnológicos entre empresas estadounidenses y chinas, lo que reforzaría la desconfianza entre las dos superpotencias.
Al mismo tiempo, la ciberseguridad podría convertirse en una mayor prioridad nacional. El mandato anterior ya se había centrado en proteger la infraestructura sensible y fortalecer la seguridad de los datos. Sin embargo, algunos expertos advierten contra medidas excesivas que, bajo la apariencia de seguridad, podrían limitar los intercambios y colaboraciones internacionales en el ámbito tecnológico, a riesgo de aislar el ecosistema digital estadounidense.
El dilema empresarial de Silicon Valley
Para los gigantes de Silicon Valley, el regreso de Trump podría ser un momento de mayor vigilancia. Es posible que enfrenten un dilema complejo: mantener su independencia y sus prácticas actuales de moderación, o adaptarse a las demandas de una administración más intervencionista. Podrían surgir ajustes estratégicos, incluida la presión para disolver ciertas grandes empresas de tecnología debido a su supuesta influencia descomunal y por razones anticompetitivas.
Las empresas tecnológicas también tendrán que lidiar con políticas de protección de datos más estrictas, en medio de mayores preocupaciones sobre la privacidad de los usuarios y el uso de datos personales. Si la administración Trump impone reglas más rígidas para el almacenamiento y uso de información personal, se podrían sentir cambios significativos en el modelo de negocio de la publicidad dirigida, que es la base de la rentabilidad de las grandes plataformas.
Hacia una era de grandes transformaciones
El regreso de Trump a la presidencia podría marcar el inicio de profundas transformaciones tecnológicas en Estados Unidos. Entre el aumento del proteccionismo, las reformas a la libertad de expresión en línea, el surgimiento de plataformas alternativas y las tensiones internacionales, los problemas son múltiples y complejos. Las decisiones de la administración tendrán repercusiones duraderas, no sólo para las empresas de tecnología, sino también para los usuarios, que enfrentan opciones cada vez más polarizadas en sus usos digitales.
Si la era Trump II promete ser turbulenta para el sector de las nuevas tecnologías, también podría ser el laboratorio de una reestructuración sin precedentes de las plataformas, los modos de regulación y la dinámica de la libertad de expresión en línea, redefiniendo el futuro digital estadounidense y global.
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